Escena 2

144 21 9
                                    

Escena 2
Rolliciento y sus "amigos"

—¡Estoy harto, muy harto! Claro que te voy a dar tu pollo frito y le añadiré un condimento muy especial. —Murmuraba Rollo en la terraza de su residencia mientras con una sonrisa maliciosa sacaba de su bolsillo un pequeño frasco con un líquido extraño.

—Oh Rollo, de nuevo quieres envenenar a tu familia. —Fue lo que una voz dijo de repente, voz conocida por el joven que no sorprendía nada.

—Esa no es mi familia.

—Bueno, sea o no, no puedes envenenar a nadie, piensa lo triste que se pondrían tus padres si hicieras algo así.

—Lo sé, estúpida gárgola, por eso no lo hago.

—Oye, no deberías insultar a quien trata de ayudarte.

—A mí la vida me insulta a cada instante al hacerme pasar por todo esto y no me quejo.

—Te quejas ahora. —Dijo divertida otra gárgola.

—Ugh, ustedes son tan molestas como ellos.

—Rollo llevas mucha amargura en tu corazón, recuerdo cuando eras un niño feliz que jugaba con nosotros, incluso decías que éramos tus mejores amigos— Se lamentaba la primera gárgola al ver su gesto tan molesto— Oh, pero entiendo que en ese entonces Rollo era feliz porque era amado.

Un incómodo silencio invadió la pequeña reunión que tenían, Rollo desviaba la mirada mientras seguía limpiando la terraza, su miserable vida solo podía ser peor si viviera en un lugar sucio, así que procuraba mantener limpio cada rincón de esa residencia. Sin refutar ese absurdo sentimentalismo solo seguía su labor en silencio.

—Rollo no tiene mal corazón solo lo tiene lleno de amargura. Si volviera a ser amado volvería a ser el chico lindo de antes.

—Pero nuestro amor no basta, después de todo solo somos piedras.

Hablaban con tristeza entre sí las dos gárgolas que adornaban esa parte de la terraza, Rollo pretendía ignorarlas pero en parte sentía que era mejor hablar con ellas que con su supuesta familia.

—Ya sé, si Rollo ama a alguien y si ese alguien se enamora de él podría volver a ser feliz de nuevo.

—¡¿Qué tonterías dicen!? —Un poco sonrojado Rollo cuestionó, aún a pesar de su mal carácter era un chico bastante tímido, así que pensar en un romance siempre le hacía reaccionar insconcientemente de tan vergonzosa manera.

—Si, Rollo... Debes enamorarte de alguien e irte de esta casa.

—No, mi corazón no tiene espacio para tan estúpido sentimiento.

—Oh vamos, Rollo, todos tienen espacio en su corazón para amar.

—Ni siquiera tengo amigos y creen que voy a tener una pareja. Vivo encerrado en esta casa y no tengo ninguna posesión, porque esos idiotas ni siquiera me pagan.

—Eso es lo de menos, para enamorar a alguien se necesita más que cosas materiales. Rollo es muy inteligente y también es bonito... Y limpio.

—Vaya, toda una lista de cualidades —Murmuró Rollo con sarcasmo— Nadie se fijaría en alguien como yo, no soy agradable.

—Si lo eres, a nosotros nos agrada estar contigo, cuando vienes es nuestro momento feliz del día.

—Además Rollo tiene una magia muy fuerte...

—Shh... No digas eso... —Susurró la gárgola a la otra, pues el gesto de Rollo se volvió sombrío al oír aquello.

—No deberías negar quien eres y las habilidades que se te concedieron, no las niegues aunque no te gusten.

—Odio la magia y a quienes la usen.

Las gárgolas dieron un suspiro de resignación ante la afirmación de su amigo humano, ya empezaría con el tema de que la magia es mala, sin sentido y que el mundo estaría mejor sin ella. Culpaba a la magia de arrebatarle a su padre, haciendo que su madre lo dejara en manos de esos magos idiotas que usaban su magia para fastidiarlo, la magia fue la raiz de sus problemas. A pesar de sus motivos para odiarla no pudo evitar que esta se manifestara hace unos años y fue obligado por si mismo a cultivarla de manera correcta para no provocarse daño.

—¡Ya sé, tengo a alguien que podría amar a Rollo! —Dijo una gárgola de repente con gran emoción.

—¿Quién? —Cuestionó Rollo con mala cara— No me digan que uno de mis hermanastros, porque preferiría morir antes que estar con uno de ellos.

—No, es alguien más.

—Tonterías, si ustedes no ven a nadie más aquí.

—Tenemos un amigo que viene a visitarnos a veces por las noches.

—¡¿QUÉ!? ¿Alguien viene aquí por las noches?

—Si, pero es un buen tipo. Aunque parece muy solitario como tú, dice que se escapa para vernos y nosotros somos sus únicos amigos.

—¿Por qué no me lo dijeron? No voy a permitir otro invasor en mi casa.

—Porque prometimos no decirlo, pero sé que nos perdonara por delatarlo porque ahora era necesario, creo que él sería el novio perfecto para Rollo.

—Si, es igual de raro que tú. Dos corazones solitarios haciéndose compañia por la eternidad como las almas gemelas que son.

Rollo los miraba con fastidio por esa emoción repentina al emparejarlo así con un completo extraño que se colaba de forma atrevida a su propiedad.

—Oh, dijo que en un par de noches habría un gran baile en el Palacio y tenía cosas que hacer allí, así que no vendrá a visitarnos. —Comentó con pesar la gárgola— Es una lástima que no venga, podríamos haberle presentado a Rollo y obligarlo que lo invite al baile.

—Si, irían juntos como una cita muy romántica, estoy seguro de que se enamorarían al conocerse. —Hablaba la parlanchina gárgola con mucha ilusión— Se casarían y vivirían felices para siempre, junto con muchos bebés que Rollo le dará. Awww, que hermosa historia.

—Dejen de inventar historias estúpidas, ¿y por qué yo tendría a los bebés?

—No sé, porque ese chico es más alto que tú.

—Ya me contagiaron su estupidez. —Rollo avergonzado refunfuñaba por lo que dijo antes— Voy a darme una vuelta aquí por la noche, para ver si aparece ese intruso, y si lo veo le daré una buena paliza.

—Uhh a Rollo le gustó el chico misterioso y quiere conocerlo. No te preocupes Rollo si viene le diremos que quieres verlo.

—¡Yo no dije eso!

Muy molesto pero a la vez avergonzado Rollo se alejaba de las gárgolas, no podía evitar sentir que había algo inquietante en este asunto pero no era precisamente amor como insinuaban sus amigos de piedra. No estaba tan desesperado en el amor, mucho menos por un tipo raro que se escapaba solo para hablar con unas tontas gárgolas.


💖💖💖
Muchas gracias por leer la segunda parte de esta historia.

Las Extrañas Aventuras De RollicientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora