5;;

12 2 1
                                    

Marshall estaba estupefacto, aquel chico con aroma a chicle, cabello sedoso y rosa, ese cuerpo que le derretía ¿le había dicho que era "delicioso"?

Aquel chico de hebras rosas se acomodo mejor y se quería levantar, así que abrió lentamente sus ojos viendo como estaba acostado sobre el fornido pecho moreno así que se sonrojo fuertemente mientras le trataba de no mirar para no causar un momento incómodo así que fingió estar aun dormido sin antes sentir como las grandes manos estaban en su cintura acariciando como si lo estuviera arrullando.

—Oh..Gary estas despierto.— Dijo Marshall con ella voz ronca qué Gumball finalemte hizo qué perdiera toda gota de decencia y de "inocencia" como Marshall le tenía caracterizado. Así que tomo sus mejillas y lo empezó a besar con suavidad, mientras sentía como esos lindos labios de donde salía una bella melodia cada día de la semana le empezaba a corresponder. Se siguieron besando hasta que se separaron debido a la falta de aire, donde Gumball miro a otro lado totalmente avergonzado.

—¿Que pasa Gary? — Dijo mientras acaricaba su cintura y aquel chico de cabello rosa le miro con total vergüenza —Te bese Marshall.. — Marshall sonrió de lado mientras le daba otro beso, pero esta vez algo más intenso en donde sus lenguas se juntaron conociéndose así por fin después de tanto tiempo, Gary se quedo estático por unos momentos para después empezar a corresponder como se debia, tenía hambre, hambre de aquel hombre que le había encantado desde que entró a su panadería y que lo había enamorado aunque solo se vieran una vez.

Siguieron besándose hasta que el aire falto de nuevo. Se sentían como si jamás hubieran comido, se querían desear, lamer, comerse en todos sus sentidos. Gary siguió besandolo haciendo el cabello negro de Marshall hacia atrás para darle un mejor ángulo de besos, mientras Marshall aprovechaba y bajaba sus manos, de la cintura hasta los lindos y redondos glúteos de aquel chico con olor a chicle masajeandolos y sintiendo como si fueran un bollo recién horneado.

Gary dio un pequeño saltito debido a los suaves apretones qué le daba Marshall, cosa que no solo Marshall estuviera emocionado si no otra cosa más. El de piel canela no sabía si Gary había tenido relaciones con "Ricardio" así que decidió no preguntar y arruinar ese maravilloso momento, bajo sus besos hasta su cuello dándole besos, suaves besos queriendo marcar aquella suave y blanquecina, la cual lo volvía completamente loco decidió hacerle caso a su mente y darle una buen mordida a su hombro procurando no dársela tan fuerte, a esto Gary gimio de gusto y sintió un escalofrío.

—Otra vez..— Dijo Gary en un jadeo debido a la exitacion qué sentía, no era alguien que le desagradara las mordidas o incluso nalgadas, si no era aquel que le gustaba que lo mordieran, jalaran el cabello pero no le quería decir a Marshall, no ahora.

Marshall siguió besandolo mientras Gary daba movimientos circulares en el regazo de Marshall, sintiendo algo duro, como si estuviera atrapado — ¿Quieres que te ayude aquí abajo?— Dijo bajando su mano hasta el miembro de Marshall y después...

Marshall despertó, ¿un sueño? ¿Un sueño húmedo? ¿¡Con Gary?! Debía de estar bromeando y quería que la tierra de lo tragara y lo escupiera sabrá donde. Se sentía duro, el tener a Gary en su totalidad abajo de el y tenerlo gimiendo su nombre, por las sábanas se veía levantado y suspiraba maldiciendo todos sus sucios pensamientos con el joven de cabello rosa. Pero para Marshall su suerte no le estaba jugando una buena pasada y sintió la bella y delgada mano del panadero en su pecho, aquella suave mano que quería agarrar pero no podía, o al menos eso pensaba.

Gary subió una pierna sobre las piernas de Marshall quien ahora estaba más nervioso que nunca sentía que iba a estallar, para calmarse decidió tomar la delgada cintura y acurrucarse para tener un sueño más lindo. Gary al sentir esto suspiro de gusto y lo abrazo aun más fuerte.

A la mañana siguiente Gary fue el primero en despertar y mirar aquella escena. Marshall con el cabello revoltoso, ese lindo piercing en el labio a relucir, ese cuerpo escupildo por el mejor Dios griego y al bajar más su vista, vio aquellos pantalón es grises  que si un hombre los usaba Gary perdía toda decencia qué podía existir.

Se acostó encima de Marshall y suspiro su aroma. Se sentía pleno y agradecía de que no tenía que trabajar.

—¿Marshall?— Dijo intentando despertarlo así para poder desayunar, hasta que escucho una voz bastante masculina y que era de un hombre mayor.

—Marshall, hijo necesito hablar contigo.— Toco la puerta de Marshall esperando respuesta.

🍋

Lamento mucho la demora, ya que no actualizo desde febrero y ya casi es abril, pero es que la prepa me mata, aun así pido disculpas y prometo otro capitulo antes de que sea mayo.

🍞

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 31 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¡El Pan! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora