Despues de que Rodrigo se encontrara con Mariana, los dos se fueron a la hacienda del ultimo mencionado.
El camino no era silencioso, los dos hablaban y reían, parecía como si fueran amigos de toda la vida.
-Y bueno ya llegamos, mira mi... "Hacienda". -Dijo con orgullo.
-Wow... Es muy grande. - Dijo para después recorrer un poco.
-Ven, acá están los animales.
-Voy
Mariana camino hacia unos pedazos de pierda y abrir una puerta de una pequeña casa, dentro habían 12 gatos, cada uno de diferente color. Todos estaban chiquitos.
-Que... ¡Tierno! - Dijo para agarrar a un gatito y acariciarlo suavemente mientras el animal se recostaba en sus piernas y se estiraba con una sonrisa muy tierna.
-Parece que le caes bien..- Dijo Mariana sorprendido.
-Si.. es muy lindo, lastimo que no puedo adoptar, no tengo todavía mi casa y no tengo suficiente dinero para comprarle comida...- Dijo con un tono triste, ya que a el le fascinaba la idea de tener de mascota un gato, lastima que estaba pasándola mal económicamente.
-Ohh, lo siento por eso. -Dijo Mariana arrodillándose con el mientras lo veía acariciando al gatito.
-No importa, creo que este gato esta muy bien... Me lo llevo! - Dijo Rodrigo con una sonrisa mirando a Mariana.
-Bueno, ya te vas miau miau, espero y lo cuides bien carrera. -Dijo Mariana despidiéndose del petiso.
-Adiós Maru!- Dijo con el gatito en brazos y con la otra mano sosteniéndose
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