Parte 2

217 26 10
                                    

No tienes que ponerte en esa luz roja

No tienes que vestir ese vestido esta noche

No tienes que ponerte en esa luz roja

No tienes que ponerte ese vestido esta noche

Habían pasado dos meses desde la última vez que te volví a ver, después de aquella estupidez que cometí no me atrevía a volver a verte, y creo que hice bien. Si de verdad estaba enamorado de ti debía de olvidarte, lo intentaba, pero me era imposible. Una noche mi mejor amigo Seven quedó conmigo para salir un rato, decía que estaba como decaído y que necesitaba respirar el aire puro de la calle. Yo no quería, no quería, no debía, encontrarme contigo, así que intenté negarme rotundamente a ello, pero no fue así. Seven me sacó como pudo de mi hogar y me llevó por las calles más iluminadas de Seúl, era un paraíso, aunque en ese momento no podía admirar las calles, tú ocupabas todos mis pensamientos. Fuimos a cenar a un maravilloso restaurante, del cuál recuerdo su ubicación perfectamente, y debo de admitir que me encantaría ir alguna vez contigo allí. Luego Seven me animó para ir a jugar a un billar que había en un pub cerca de donde nos encontrábamos, accedí sin ganas y nos dirigimos a ese lugar. Al entrar no me podía imaginar lo que mis ojos veían. Tú estabas allí, sentado sobre el regazo de un hombre desconocido mientras este jugaba a una partido de poker, no me gustaba para nada esa imagen. Apreté mis puños con ira y suspire pesadamente, mi compañero se fijó en mi acción.

-¿Te ocurre algo?- Puso su mano sobre mi hombro y me miró preocupado.

-Nada...solo, prefiero irme a otro lugar. No creo que sea muy entretenido jugar aquí a un billar. ¿No prefieres unos bolos? Me he enterado que no muy lejos de aquí hay uno que está muy bien.

-Pero yo tengo muchas ganas de ganarte en el billar- No me encontraba muy bien en ese momento para seguirle el juego a mi amigo.

-No tengo ganas, Seven.

-¡No seas así T.O.P! Será divertido- Me cogió de la muñeca y comenzó a llevarme para el billar.

-De verdad, no quiero jugar ahora.

-Vamos, no seas tonto, cuando empecemos a jugar ya no querrás parar- Aún seguía insistiendo, dejé a parte a mi compañero pesado y volví la mirada hacia ti. Cuando te cruzaste de piernas fue cuando me di cuenta que llevabas un vestido, y era demasiado corto para mi gusto. La furia que había en mi creció más aún.

-¡He dicho que no!- Tiré con furia de mi brazo ocasionando que Seven deshiciera el agarre sobre mi, este solo me miraba atónito. Por culpa de mi grito todos los que estaban presente en ese pub mantenían sus miradas sobre mi. Me sentía demasiado incómodo, y más cuando me fijé que una de esas miradas era la tuya.

-Vale...tranquilo- Ahora me sentía muy mal, Seven no se merecía que lo tratase así.

-Lo siento- Bajé la mirada, los demás ya no se mantenían atentos hacia nosotros.

-No pasa nada, se que he sido muy pesado al esforzarte a jugar. Si no quieres no te debo de obligar- Subí la mirada y él me sonreía amistosamente.

-De verdad, lo siento, hyung.

-Yo he sido el idiota intentando esforzarte, así que el que se debe de disculpar soy yo- Pasó uno de sus brazos sobre mis hombros y me miró con dulzura.

-¿SeungHyun?- Los dos nos giramos, y allí estabas tú. Tu mirada estaba posada sobre nosotros, y me fijé como miraste tan solo unos segundos el brazo que tenía echado Seven sobre mis hombros, eso me hizo sentir bien, pensé que estarías celoso. Aún seguía enloquecido por el estúpido vestido que llevabas.

La cruda verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora