Duele.

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No deja la depresión... me preocupa bastante, por que no come hace tres días... saldría si quiera al baño pero tiene uno en su misma habitación. No quiere hablar, no se si siga respirando... solo necesito que este bien y que nos dirija la palabra.

Son las dos de la tarde y el tiempo es eterno si no está entrenando con nosotros... Sensei lo ha llamado todos los días por la mañana pero no contesta, lo mas probable es que no quiera ni verse al espejo, nuestro padre aun no sabe por que sufre...ya que cree que solo es un capricho de la adolescencia, pero lo que le hicieron... creo que es lo mas bajo de lo que nos podriamos imaginar, ahora la odiamos... pero tenemos que aparentar para no ganarnos problemas con el Maestro, si el se entera.... Leo se ganara más líos, pero con justa razón. 

El corazón no manda teniendo de amiga a la cordura, solo falta un poco de fantasía, la que se quebranta fácil junto con la realidad... y con el deseo inadecuado de un cuerpo faltante... que por medio del gusto temprano por alguien, toma las riendas de la esperanza encaminada a la felicidad y solo logras chocarte, aterrizar de las nubes, a un frío y duro suelo que no tiene nada mas que ofrecer, solo lagrimas y dolor.

Ya no se cuantas veces e golpeado la puerta. Nada. Nada. Nada. Mi hermano no comprende que necesito verlo... tengo una pizza que es su almuerzo y es como si le hablara a la pared. Los demás siguen ocupados y supongo que le han restado importancia, pero... a diferencia de ellos se por lo que esta pasando.

Suspire y me devolví a la sala a terminarla solo, mire el televisor des programado con esa pantalla de forma cuadrada con círculos grises y una R gigante en medio. la verdad no se ni por que me molesto, Splinter busca como desesperado las llaves de su habitación pero queda mas que claro que él la tiene bajo su cama.

Entrené, por que no me queda de otra. El líder falta y yo aun así tengo que cumplir ordenes claras. No dejar a un lado mis practicas, es lo que ahora me tiene cansado. desde que llego desanimado y bajo del tortumovil lo único que deseaba era su peluche Ryan y no les miento, unos cuantos potes de helado de vainilla.

Pero en la noche eso cambio.

A las siete comenzó como un rugido leve, seis deditos de un par de pies que cruzaban a la cocina con sigilo y el rechinar de aquella entrada lo descubrió, había pasado casi arrastrándose por un vaso de leche y una galleta.

-Leonardo.

Me acerque al marco y corrí con mi mano lentamente la cortina, lo vi... sonrei.

Al fin.

Tenia sus ojos mas pequeñitos y rasgados de lo normal, rojos. Inundados en una cristalización permanente. No paro de llorar todo este tiempo, y verlo así me devasto totalmente. De niño, jamas lo vi derramar una gota, a no ser de que fuera de sudor...sus clases son las mas pesadas, el tiende a ser feliz, o por lo menos eso es lo que aparenta... Tuve miedo de que si iba y le decía algo corriera de nuevo a entrar en su cuarto... Sus estomago estaba un poco mas liviano, se le notaba el hambre... estaba desganado y torpe de lo mismo agotado, me quede viéndolo mientras mis hermanos y mi sensei la pasaban meditando. Volví a suspirar, y esta vez se que me escuchó... me fui a su habitacion y adentro lo espere. 

La sorpresa que me lleve fue completamente angustiante.

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<3Espero te haya gustado, este es tan solo un breve inicio.

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Ella lo valeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora