Miami, Florida 8:34 AM.
Pov Mayte.
Me había olvidado de lo caliente que era Miami, acostumbrada al clima frío de Europa, este clima era extraño para mí, pensé mientras me quitaba el abrigo. Camine entre la gente que iba de un lado para otro, pegados a sus teléfonos celulares con conversaciones entretenidas, cepillo mi cabello con la mano mientras me pongo mis ray-ban en mi rostro, me dirigí a la salida del aeropuerto de Miami y pude divisar a un mercedes negro.
- Buenos días! señorita Lascurain. -El conductor hablo cortésmente.
-Buenos días! Carlos. -Hablé entrando en el carro, dentro del coche había una temperatura regular, gracias al aire acondicionado.
-¡Oh por Dios! ¿Desde cuándo Miami es tan caliente? -Murmure dejando caer mis pertenencias en el asiento.
- Siempre señora, el clima aquí es siempre caliente. - Escuché a Carlos decir en medio de una risa baja. - Perdón por preguntar, pero ¿Cómo esta su padre?.
- ¡Tienes razón! Me he olvidado de como son las cosas aquí. -Dije en voz baja mientras me acomodaba en el asiento del coche. -El esta bien, esta en los Ángeles con mi familia.
- ¡Eso es genial! Me agrada el señor Lascurain... -¿A dónde la debo llevar? -Preguntó mirando por el espejo retrovisor.
- A mi nuevo apartamento Carlos, sigue el camino derecho yo te iré dando las coordenadas.
El asintió dejando aquel lugar.
Mirando las calles de Miami por la ventana del carro podía recordar mis tiempos cuando viví aquí y que buenos tiempos diría yo. Conocía la ciudad como la palma de mi mano. Nunca fui esa Mayte que solo pensaba en el trabajo, había disfrutado de la vida un poco, no mucho, mis pensamientos vagaron por los recuerdos recuerdos de todas las cosas que hice en mi adolescencia, pero ahora eso estaba en el pasado, Mayte inmadura e irresponsable ya no existía.
- Gire a la izquierda en la segunda cuadra.
-Obedeció a mis coordenadas perfectamente.Finalmente llegamos al edificio donde ahora estaría viviendo. Carlos rápidamente salió del carro dando pasos grandes hacia la puerta y el la abrió.
- Gracias. -Dije con una sonrisa.
Carlos era mi conductor desde que estaba joven y vivía con mis padres, es un anciano muy útil por cierto.
Entre en el vestíbulo del edificio donde los empleados se colocaban en su debido lugar. Era cómico como se comportaban ante mi presencia, las personas a menudo se sentían nerviosas, quizás la forma grosera y arrogante que yo les daba a demostrar y no me importaba dar esa imagen. Para ser respetada ellos tenían que temer ante mi presencia.
- Buenos días señorita Lascurain, nuestro personal pondrá sus maletas en su apartamento es el 308, el único y gran apartamento.
Yo no dije nada, solo asentí con la cabeza y me dirigí al ascensor. Al llegar a mi departamento, el chico de pelo rojo iba detrás de mi poniendo todas mis cosas perfectamente bien en mi habitación.
- ¿Algo más, dama?. -preguntó.
- Nada, usted se puede retirar. -Dije.
El apartamento era grande, un área enorme con un estilo contemporáneo y sofisticado, los muebles de color blanco y marrón, paredes en colores claros y otros oscuros, algunos cuadros de pintura, todo era de mi agrado. Me acerque hasta la sala para descansar en el sofá, tomando la parte superior de mis zapatos que maltrataban mis pies quitándolos en seguida. Deje que mi cuerpo se hundiera en el cómodo sofá, el viaje había sido largo, la vida había sido muy dura para mí. Me levanté para dar al balcón de mi apartamento. Podía tener una hermosa vista de los rascacielos de Miami y su hermosa costa, eso era la ventaja de vivir en lo más alto. Desde arriba podía ver todo el movimiento de las personas que paseaban de un lado a otro, viajando en sus autos, se escuchaban las bocinas, gente hablando en voz alta. Sólo que no era peor como en Nueva York. Oí el ruido proveniente de mi celular, entre de nuevo a la habitación, agarre el celular de la mesita de noche, el número era desconocido para mí, pero sin duda era de Miami.
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The Stripper
Fanfiction¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? A puesto a que si. pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... María meade una mujer dulce y dedicada. Fernanda del valle sexy e imponente ¿Cuál e...