Pov Mayte.
El primer día siempre era el más tranquilo, sólo presentaciones y reuniones, Fernando, que solía ser el director, se fue tan rápido, que no me dió el tiempo suficiente para ver como iba todo. Temprano en la mañana de hoy, él me presento a esa mujer que me ayudaría en esta difícil tarea. María Meade, a pesar de su evidente nerviosismo, parecía ser muy competente y trabajadora, por recomendación de Fernando, María estaba al tanto de todos los detalles del negocio, como una buena secretaria o brazo derecho. A demás de ser una mujer muy atractiva. La señorita Meade, como la llamaba, era una hermosa mujer de rasgos latinos, su rostro delgado y bien modelado, su nariz era pequeña y su boca carnosa, pude ver que sus ojos eran marrones. Ella llevaba un justo y moldeado vestido turquesa, destacando sus bellas curvas. Su cabello era oscuro, liso, atado por un delicado lazo en la parte de atrás. Su mirada era temerosa y un poco asustadiza. ¿Qué le causa tanto temor? Me pregunto lo que sabía sobre mi. ¡Cielos! Fui tan amable como fuera posible, no es lo que hago normalmente, pero la niña asustadiza merece amabilidad, puesto que sería mi compañera. Le expliqué la forma en la que yo trabajo y todo lo que necesitaría en la vida cotidiana, María pareció entender todo perfectamente, señaló algunas de las cosas en su agenda azul pequeña. Y luego se retiró.
Estudié por el resto del día algunos informes en mi oficina, por cierto todo va bien aquí. Pero necesita mejorar, pensé. Incluso centrándose en los papeles, algo o mejor dicho alguien, me desconcentraba. Desde la noche anterior no pude sacar a la bailarina de mi cabeza, la imagen de su baile tan sexy penetraba en mis pensamientos.
¡Maldita sea Mayte! ¿Cómo puedo dejar que una mujer con cual no intercambie una palabra, invadir mi mente tan rápido? Niego con la cabeza tratando de dispersar la imagen de esa mujer bailando de forma sexy para mí, si, para mí. Pero era imposible, tenía que verla de nuevo. Al final de su show me sentí un poco frustrada y me alegra porque no reciba clientes, si ella no recibe a nadie quien le ofreciera dinero, era de buen carácter, es cuando sentí que más quería verla, pero mi voluntad fue rechazada
-¿Sra. Lascurain? -Oí a alguien que me llamaba, aparte a Fernanda de mis pensamientos.
María tímidamente entro en la habitación.
-He traído el café que pidió, esta bien caliente. -Dijo poniéndolo a mi lado.
-Gracias señorita Meade, ¿Podrías decirme si Fernando está en la empresa?.
Camino hasta el frente de mi escritorio, con la pequeña bandeja en sus manos.
-Se ha ido señora, la mayoría se ha ido.
La mire un poco confundida, ¿Ya todos se iban? ¿Qué hora debería ser? Agarre mi celular buscando la pantalla y pasaban de las 8.
-¡Oh, cielos! Ya pasan de las ocho ¿Qué sigues haciendo aquí Meade?.
-Señora, estaba terminando los informes que me pidió.
-Dejalos para mañana, puedes ir a tu casa, olvidó las horas a veces. -Le pedí que me ayude con eso también, o estará trabajando toda la noche.
María asintió en silencio, mire a la mujer frente a mi, analizando sigilosamente. Algo sobre ella me era familiar, no se que, tal vez era una locura, estaba tan concentrada en la bailarina que la miraba en cada mujer que me parecía atractiva. La chica estaba incómoda bajo mi mirada, así que me detuve rápidamente.
-¿Puedo irme?.
-Claro, nos vemos mañana Meade.
-Buenas noches Sra. Lascurain.
-Buenas noches.
Me quedé una hora en la oficina, librando una batalla conmigo misma para decidir si ir o no a ese club, no podía dejar que nadie me vea allí. ¿Qué dirían? Pero el deseo de verla de nuevo estaba fuera de lugar, Fernanda me afectó de tal manera que sólo pensé tenerla para mí. Pensé en llamar a Ale y decirle que nos encontaramos en "Imperium" pero quizás debería ir sola.
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The Stripper
Fanfiction¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? A puesto a que si. pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... María meade una mujer dulce y dedicada. Fernanda del valle sexy e imponente ¿Cuál e...