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Esta historia empieza en el aeropuerto de mi ciudad, me iba del país (por fin), había anhelado por meses salir de ahí, porque había tenido muchos problemas y quería huir, estar tan lejos para descansar y respirar. 

Supongo que en otra ocasión les contaré la historia de esa época...

Estaba a minutos de despedirme de mi papá, mi sobrino y mi mejor amiga, decirles adiós por un tiempo no definido, eran las personas que más me importaban en el mundo y debía irme para reconstruir mi vida, tener mejores oportunidades y crecer como persona. 

Llego el momento, cuando sabes que debes decir adiós, así que lo hice, me despedí y lloré tanto por dejarlos, por dejar todo atrás, me aguardaba una aventura y ellos no estarían conmigo en ese viaje, cruce la puerta de migración y lo ultimo que vi fue el rostro de mi padre lleno de lagrimas.

En el avión me sentía como una niña asustada, que no sabía que haría con su vida, que no sabía lo que le deparara el futuro, que no sabia si iba a poder con todo lo que se venía.

llegué a Sydney, Australia, iba a ser mi hogar por los siguientes ocho meses, iba a vivir allí con mi novio de seis años de relación, me estaba esperando, sabía que el me amaba tanto, sabía que siempre estaría con el porque era bueno, pero aunque no lo quiera admitir, jamás estuve enamorada de él, lo quise demasiado, pero no llegué a enamorarme profundamente como lo narran en las películas o en los libros.  

El vivía en un apartamento con otra pareja, y cuando llegué a ese apartamento conocí el amor, el chico de la pareja, con sus ojos negros, su cuerpo de Dios olimpo, su tierna sonrisa y sus hermosas pecas en toda su carita, simplemente me cautivó desde el primer momento que lo vi.

Notas de una antagonistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora