Seamos Idiotas Juntos (Morby) (MordexRigby) ©

Eso tiene remedio

Mordecai se encontraba sentado en el sofá de la casa, con el control remoto en la mano y el codo en el brazal del sofá, y sus piernas desparramadas. Benson pasó cerca de él, pero aunque estuviese holgazaneando, no le reprochó, ya que hoy, era domingo.

-Mordecai, hum... habrá una fiesta en mi departamento ésta noche, una fiesta de fin de semana, ya sabes, para liberar el estrés. Si quieres puedes ir, avísale a Rigby

le dijo sin mucho preámbulo y se fue.

Mordecai se quedó pensando en si ir o no, ya que la última vez que hubo fiesta en el departamento de Benson... no fue muy bien. Rigby apareció con un tazón de palomitas de mantequilla recién hechas, se sentó al lado de Mordecai y se metió un puñado a la boca.

-Benson nos ha invitado a una fiesta

dijo Mordecai agarrando palomitas sin consentimiento alguno

-¡Oye!

Espetó Rigby viendo como se llevaba las palomitas a la boca, pero Mordecai ignoró su regaño.

-¿se te apetece ir?

Le preguntó Mordecai viéndole, Rigby puso el tazón en la mesa de centro y se molestó un poco.

-¿por qué me preguntas a mi? Si de todas maneras no te importa mi opinión. Quiera o no quiera ir, tu siempre tendrás otros planes.

Dijo Rigby con un poco de rencor recordando la ultima vez.
Mordecai le dirigió una mirada.

-Rigby, ¿vas a comenzar? Ya lo habíamos hablado, ¿o sigues molesto?

Preguntó Mordecai un poco sacado de quicio. Rigby se llevó las palomitas a la boca.

-No, no. Olvídalo. De todas formas, lo pensaré, no se me apetece salir esta tarde.

Dijo con un suspiro.
Mordecai dando un largo bostezo pasó su brazo por el respaldo del sofá, y divagó un poco antes de rodear los hombros de Rigby. Este al sentir aquello abrió los ojos como platos y las palomitas se le trabaron en la garganta, comenzó a toser cómo desquiciado a lo cual Mordecai se espantó y retiró su brazo viéndole asustado, rápidamente le pasó un vaso de agua, el cual Rigby al intentar tomarlo con manos nerviosas se le cayó al suelo derramando el agua. Salió corriendo a la cocina y bebió del grifo, así sintiendo su garganta rasposa, carraspeó repetidas veces y luego apoyó sus manos en manos en la mesa con la respiración agitada.

Rigby lo sabía, no había vuelta atrás, se había metido en un camino de un solo sentido sin retorno, donde las calles se volvían cada vez más estrechas, viendo así la cruda realidad que le goleaba la cara.
Le gustaba su mejor amigo

Sí, le gustaba, ¿hace cuánto había comenzado a sentir esto?, Y, ¿por qué comenzó a sentirlo?. Quizá fue la manera en que Mordecai lo trataba, que le prestaba atención a todo lo que decía sin importar sobre qué estupidez estuviese hablando, sin importar que a Mordecai no le interesara en lo más mínimo el tema. O quizá fue el hecho de que solamente él lo entendía, lo comprendía a la perfección, y lo conocía más que a la palma de su mano. O tal vez fueron sus ojos, su sonrisa, esa actitud tan enérgica y alegre sin importar lo que pasase, quizá fue la manera en que sus ojos lo miraban atentos cada vez que él hablaba, y que le brindaba una sonrisa a pesar de que estuviese mal. Quizá fue la manera en que Mordecai se preocupaba al verlo mal, si le dolía algo, o si se sentía mal, Mordecai siempre se afligía y buscaba algún remedio. Rigby sentía que al lado de Mordecai era una persona importante, y valía mucho para el mundo, se sentía especial, Mordecai siempre lo protegía, y le hacía ver que él no era ninguna basura, lo quería, y lo estimaba mucho. Rigby estaba comenzando a abatirse, Mordecai se comportaba de la misma manera como lo trataría una novia, pero, ¿Y si él no sentía lo mismo? ¿Y si simplemente era una amistad demasiado íntima?, ¿Y si Mordecai, lo miraba como su hermano? ¿Qué debería hacer?. Si se lo decía lo echaría todo a perder, años de amistad se irían al caño, pero, ¿y si sentía lo mismo? ¿Y si era correspondido? Todo sería más fácil, para ambos, Rigby no tendría que ocultar sus sentimientos ni ponerse incómodo en cualquier situación comprometedora, sería él, en un amor pleno y sin parches.
Rigby en sus minutos de agonía ante que casi moría ahogado, lo pensó muy bien, y lo decidió. Dejando completamente de lado al mundo, familia, sociedad, demás amigos, iglesia, valores, morales, reglas, quienes sean. Sólo se centró en Mordecai y sólo en él.
Decidió buscar señales.
Señales claras.