No quiero recordar tanto mi infancia, pero solía ser una niña solitaria que cada día envidiaba a mis compañeros porque ellos iban a la salida de la escuela pegando brincos de felicidad, otros merendando y otros contándoles su día agarrando la mano a sus dos padres y pegando risas juntos. O ese era mi punto de vista, porque comparado con todo aquello tenía una madre ausente y no sabía que era la palabra "papa" ya que nunca supe quien era en realidad, era la principal burla de la escuela primaria.
No sólo aquello, sino que no solía tener amigos de mi edad, ya que era considerada la rarita de la clase solo por no tener un padre. Que tontería no? No solo eso iba a dar una vuelta en mí sino que, un día mi madre me quitó mi tablet por más de 8 meses. Un día la persona que me gustaba me preguntó si juego a los videojuegos, con lo que yo le respondí que no porque me habían quitado mis dispositivos. El rumor se propagó, que empezaron a molestarme mucho peor que antes.
-¿Quién es el "rubius"? -Decía un compañero mío el más bromista de todos.
-No se quien es...no tengo tablet -Respondía tímidamente, preparándome para lo que se venía.
Hubo un silencio incómodo, hasta que la profesora se levanta y dice:
-Chicos, voy a ir a por unos documentos, necesito que estéis tranquilos sin armar jaleo, ¿puedo confiar en vosotros? -Lo decía mientras se acercaba a la puerta y veía como se marchaba.
Un minuto más tarde el que me hizo la pregunta se levantó y se fue hacía la pizarra y gritó:
-ESCUCHEN TODOS SARA NO TIENE TABLET QUE PRINGADA -Lo decía con una voz fuerte donde las demás clases la podrían escuchar.
Pero ese no era el principal problema, sino que todos me dieron una mirada y se escucharon en mi cabeza todas las burlas que me daban. Unos me apuntaban con el dedo, otros susurraban a la oreja a otros, otros creaban nuevos rumores sobre mí y otros me miraban como un bicho raro repugnante. De tanta desesperación, dolor y rabia heche a sacar lágrimas de mi cara. No pararon, siguieron burlándose de mí, cuatro me decían que deje de llorar que no era para tanto, otros de que soy una sentimental, otros de que como se lo chivaba a la profesora era un objetivo muerto. Otros me intentaron callar. Y a la hora que llegó la profesora, me quedé callada hasta que...
-Sara, por qué estás llorando?-Preguntaba la profesora mirándome con una cara interrogativa, me hice a un lado de ella y veía a todos mis compañeros con una cara de que me harían cosas peores si hablaba. Así que tuve que contestarle una mentira.
-Estoy bien, solo estaba llorando de la risa me suele pasar mucho profesora, no es nada de verdad.-Decía con una voz temblorosa, mis cachetes se empezaban a sonrojar hasta parecer tomates y me sentía muy ardida en mi mente.
Aún así, el tema colo se lo había creído, desde aquel instante creí que me dejarían en paz. Pero me equivoqué, comenzaron a tirarme agua, enseñarme animales muertos, tirarme bichos como cucarachas y gusanos, me encerraban en un baño del bosque donde había millones de bichos en los que aunque gritaba nadie me escuchaba. Día tras día recibía burlas de ellos, y no podía soportarlo, siempre iba llorando a mi casa diciéndole a mi madre que ya no quiero ir a esa escuela, que me cambie de escuela, que nadie me quiere y más. Pero ella lo único que me decía es que no tenía tiempo, que estaba ocupada.
Llegó fin de curso y solo pude hacerme amiga de dos chicas que iban a un curso inferior que el mio. Una de ellas se llamaba igual que yo, era más alta que yo, tenía una buena autoestima y era valorada por todos, todos la querían, tenía un papá y una mamá que siempre le apoyaron en todo.
***
Repetí de curso, me cambie de escuela, empece a vestirme de negro para así parecer una persona mala y dar miedo a todos los demás. Tenía mucho miedo, miedo a que me hagan daño, miedo a que se rían de mí, miedo a mis amistades falsas.
Pero un día a la hora del patio una chica se me acercó a mi lado, era la mejor, teníamos muchas cosas en común. Un día encontré a dos chicos dando patadas en una puerta del baño y escuché a alguien diciendo ayuda. No soy wonder woman ni nada, pero, mi instinto dijo algo que era ayudar a aquella persona.
Fui al lugar corriendo como si hubiera un mañana, me daba igual que me castigarán lo único que me importaba era ayudar aquella persona que estaba pidiendo ayuda.
-Oye quitaros de ahí...-Dije con firmeza lo más que pude a punto de echarme a llorar de miedo que me harían esos chicos.
-Y porque?-Respondió un chico rubio en donde me miró con una cara en plan: y este bicho raro?
-Estáis molestando a alguien, dejarle en paz si no queréis que llame al profesor-Decía seria, mirando a la cara a los dos.
-Y que nos va hacer, pedazo de niñita, la justicia de este país se va a la mierda, mira tu alrededor y has como si nada como los demás, se nota que no sabes las reglas de esta escuela.-Decía un pelinegro mirándome con una cara de superioridad, tks como si él mandaba.
-No me quiero quitar, porque lo que estáis haciendo no está bien.-Decía yo a punto de gritarles con toda mi irá.
-Uy que la defensora del pueblo viene a defender a su "princesa" acaso eres lesbiana?-Preguntaba el rubio con una cara de asco y burlatoria a la vez.
-No, no lo soy, pero que pasaría si lo fuera? Te daría asco no? Vuelvo a repetirlo por última vez, quitaros de ahí YA-Decía ya enfadada, vaya niños no me podía creer eso, pero bueno.
-No queremos y ahora vete-Lo decía el pelinegro, empujándome a la vez.
Termine cayendome al suelo, ya me dolió el culo y tenía cara que me iba a mear del miedo que tenía, pero eso no lo podía dejar así. Así que fui donde la salida me di una media vuelta cogiendo carretilla y les di un codazo a los dos. De ahí ellos me empezaron a pegar, pero yo a uno le clavé mis uñas por los ojos y al otro le estaba dando bofetadas, hasta que por fin accedieron a dejarle en paz.
-Vaya puta friki de mierda, vámonos a perdido toda la gracia-Decía el pelinegro viéndome con una cara que me hará daño. Pero ya me da igual, porque mi objetivo estaba detrás de aquella puerta.
Abrí la puerta rápidamente y me encontré a una chica llorando. Y recordé era Lucía Hernandéz, su familia venía de Armenia y era la hija pequeña. Vi a Lucía sacando lágrimas por sus ojos y no sé en qué momento pero recibí un cálido abrazo que llevaba meses sin sentir ni de mi propia familia. Sentía como sus lágrimas manchaba mi camiseta, era una sensación muy rara pero sentía que nuestra amistad sería eterna.
Le agarre la mano y nos dirigimos a la clase, nos fuimos directamente hasta el profesor y él la vio llorar, ahí empezó los interrogatorios. Hasta que la solté y me fui a mi lugar de nuevo.
-Porque la ayudaste?-Preguntaba mi otra amiga llamada Katie Lawson.
-Porque yo se como se siente aquella sensación, a la vez esos chicos son muy pesados con ella, osea de que van?-Decía yo preguntándome qué les pasaba por la cabeza.
-Solo déjales en paz, si vas como defensora del pueblo a ti también te molestarán.-Decía Katie repitiendo las mismas palabras que uno de ellos me había dicho.
-Porque sois así, no veis que es una víctima del bullying?-Decía yo enfandandome con ella.
-Bullying? No es bullying solo estaban bromeando con ella siempre suelen hacerlo.-Decía ella sin entender la situación.
-Bromeando ya...y me puedes decir que cada día en esta ciudad más de dos personas se suicidan por una broma así y las notícias no lo quieren publicar para no fomentar "horror" en las escuelas? Pero asesinos de mujeres asesinadas por sus "hombres", violaciones y más eso si, no?-Decía yo ya toda enfadada y sosteniendo mis cosas para irme de esa mesa.
Se quedó callada, pero a mi me daba rabia un tema así, muchos diréis como una niña de 11 años puede tener esos pensamientos, pero todo tiene una explicación de esa niña. Y era que desde muy pequeña la obligaron a "madurar" desde que su hermana pequeña vino al mundo, parecía una de esas mujeres de los años 90'. Y apenas mi historia acaba de empezar...
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Tres amigos, un falso
Novela JuvenilHoy en día nadie es el "malo/a de la película" todo depende de como tuvo un comienzo y un final para que la persona actuará de esta forma.