- Donde Jihyo empieza a desarrollar sentimientos por la novia de su hermana gemela, Yunjin.
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• Ships: MoHyo (Momo×Jihyo) | Purinz (Yunjin×Chaewon).
• Contiene smut y otros temas adultos.
• Alteración de edades.
• Historia 100% mí...
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Llegó el día siguiente. Toda la familia de Jihyo estaba preparando la casa para recibir a Momo, pues la japonesa de quedaría ahí durante un tiempo hasta que encontrara algún lugar en dónde vivir.
Como lo había prometido, Jihyo estaba en la cocina preparando un poco de Jokbal, pues Yunjin le había dicho que esa era la comida favorita de la chica.
— ¡Mamá! — Gritó, pero la mujer nunca apareció.
Suspiró y se separó de la estufa para lavarse las manos y después ir a buscar la sal. Su padre estaba desaparecido en algún lugar de su casa, Yunjin probablemente estaría en su habitación contactando a Momo y su madre... no sabía donde estaba.
Regresó al sartén y espolvoreó un poco de sal sobre la comida.
—Se supone que yo solo iba a ayudar, no hacerlo todo.—Se quejó.
El señor Park apareció de la nada.
—Oh, papá, ¿podrías-
—Lo siento, hija. Tengo que salir.—Abrió la puerta y salió de la casa.
—...Está bien... de acuerdo.—Bajó la mirada y siguió con su trabajo.
...
Jihyo, Yunjin y su madre estaban preparando la mesa cuando alguien tocó el timbre.
—Yo abro, de seguro es papá.—Habló Jihyo.
—Está bien.—Dijo su madre.
La chica asintió y después se dirigió a la puerta. Buscó las llaves y la abrió.
—Pap-...—Se quedó callada al notar que no era su padre.—M-Momo.
La japonesa sonrió en cuanto vió a la chica, soltó su maleta y después la abrazó.
—Hola de nuevo, cuñada.—Dijo la de cabellos dorados, acariciando su espalda.
Jihyo tardó unos segundos es devolver el abrazo. Estaba súper consciente de que Momo llegaría en cualquier momento, pero por alguna razón le había sorprendido.
La japonesa se separó y después puso sus manos en sus hombros.
Su cabello seguía igual, ahora medía un poco más, sus brazos estaban un poco más definidos, sus labios se veían más llamativos y su sonrisa era igual de brillante que antes.
—Te ves diferente, veamos, uhmm...—La miró de arriba para abajo.—¿Creciste?
La menor no dijo nada.
La mayor rodó los ojos y después rió.
—Han pasado dos años y sigues igual de molesta. Me alegra que no hayas perdido tu esencia.—Dijo, pensando que la chica estaba molesta.
