El fin del mundo (Prólogo)

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Jejejeje intercambié mi alma a cambio de esto, Ángel dijo que sí pero si se modificaban algunas cosas, porque a su parecer se podía mejorar lo que ya estaba, esperemos que supere la primera versión que fue Nevermore (⁠◠⁠‿⁠◕⁠) Garo.

De nada. -Ángel

Advertencias: Gore, omegaverse, Wangxian, Xicheng, Zhuiling, YiZhen. Apocalíptico sin zombies, escenas explícitas de violencia y sí, habrá mucho papapa del fin del mundo. Autora loca que hoy vomitó por comer chetos sin tener vesícula.
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Lan Sizhui nunca imaginó que a sus 19 años recién cumplidos tendría que enfrentarse a una situación de vida o muerte otra vez, ya que apenas era un embrión cuando estuvo a punto de morir todo por ser un Lan, sin embargo, justo ahora cuando sentía que sus pulmones estaban a punto de colapsar agradeció ser un Lan, por primera vez y quizá, la última.

Todo el entrenamiento sin sentido y el retrógrado uso de una espada le estaban salvando la vida, sin pensar mucho cortó la cabeza de aquella cosa, pensar que fue un humano tan solo unas horas antes, un alumno de Cloud recesess que por el mero hecho de portar el uniforme era respetado le provocó náuseas

A su primo y mejor amigo le encantaban los videojuegos de zombis, quizá sería mejor si fueran muertos vivientes, no estaría tan aterrado, pero esas criaturas no conservaban ningún atisbo de humanidad, nada que los identificara como algo que conociera, siempre se le tiene terror a lo desconocido.

Algo que jamás había visto, aún así, debía ahogar el escalofrío en todo su cuerpo cuando la sangre le salpicaba las mejillas, manos y pantalón. 

No morían con un disparo, afuera, la policía lo intentó y lo único que logró ante la aterradora situación fue morir como ya muchos habían hecho.

Tampoco infectaban con mordidas o arañazos, ellos mataban, la única forma de frenarlos consistía en cortar su cabeza, pero, ese era el problema, medían más de un metro, eran fuertes y rápidos, las garras, los dientes afilados destrozaban sin problema lo que tuvieran en frente, la proximidad era en realidad un suicidio.

Estaba siendo imprudente, lo fue desde el instante en el que corrió junto con Jingyi armados con sus espadas de práctica sin ningún filo dentro del edificio principal de la escuela al salón de artes.

Aterrado no sólo por su vida, la de su familia que debía estar en la ciudad o por los alumnos y profesores que morían a diestra y siniestra, también dado que, ajeno a todo el caos estaba el único motivo por el que las manos no le temblaban justo en ese instante.

Ya no sabía a cuántos había decapitado ni el número total de los que se habían incorporado nuevamente, no morían con nada, pero tardaban en regenerarse, de verdad que le hubiera gustado que el apocalipsis fuera con zombis.

Estaba exhausto, tenía mil cosas en la cabeza, sus padres, seguir corriendo mientras jalaba a Jin Ling que apenas podía respirar después de correr por toda la escuela, la manera en que saldrían, qué harían después...

Se distrajo media fracción, uno de ellos se abalanzó sobre su cuerpo, los colmillos del monstruo intentaban romper su cuello, no podía ya que usó la espada como defensa, aunque estaba a poco de romperse, era acero, carecía de filo por las reglas de la escuela.

Apenas servía gracias a la fuerza casi sobrenatural de sus brazos, papá, eres el mejor, prometo hacer más paradas de manos, pensó, la espada estaba crujiendo, saliva y sangre manchaban lo que en la mañana era una pulcra camisa blanca.

—¡Idiota, reacciona!-Le gritó Jing Ling, sudado e igual de ensangrentado, decapitó al monstruo con su propia espada, Lan Qiren se había escandalizado porque no era de práctica, intentó prohibirla, gracias señores Jin, usen sus conexiones para consentir a A-Ling muy seguido, gritó internamente el de cabello negro.

Noches en el fin del mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora