Capítulo 5: Llegada

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Tardaron tres días en llegar, la pequeña sultana había llorado en algunos tramos pero rápidamente había dejado de llorar gracias a los mimos del pasha y los besos de Leyla, que habían hecho reír y había parado el lloriqueo.

Les intentaron asaltar pero no pudieron contra todos los guardias, sin embargo debido a ese suceso fueron más rápido.

Cuando empezaron a ver la nieve se abrigaron excepto por Ayaz que miraba la nieve fijamente con emoción y sonreía.

Después de tres horas pararon.

-Hemos llegado-informo uno de los guardias por la ventanilla.

Abrieron la puerta y el pasha ayudo a las sultanas a salir.

Los tres se quedaron admirando el hermoso castillo blanco, lleno de nieve todo.

Ayaz quería bajarse de los brazos de Leyla que con cuidado obedeció.

Cuando la dejó en la nieve una luz blanca la rodeo y vieron como en su espalda nacían dos alas diminutas.

-Un ángel - susurro Leyla.

-Una sultana muy poderosa - susurro su acompañante.

Cuando la luz se desvaneció las alas desaparecieron dejando a sus cuidadores más tranquilos.

-Ya has jugado un poco, ahora toca ir adentro-Tahir la recogió y ya finalmente cruzaron el puente blanco.

Entraron y ordenaron que les llevasen a los aposentos de Leyla, mientras Tahir empezaba a orientarse.

Pasaron por el harén mientras todos se inclinaban.

-¡Atencion, la sultana Leyla y la sultana Ayaz! - un eunuco los anunció.

-Sultana, soy Emin agha, la llevaré a sus aposentos-

Entraron a una habitación espaciosa con una cuna al lado de la cama.

-Aquí es, estoy a su servicio sultana, ¿necesita algo más? -esta negó antes de girarse y colocar a la pequeña en la cuna

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-Aquí es, estoy a su servicio sultana, ¿necesita algo más? -esta negó antes de girarse y colocar a la pequeña en la cuna.

-Perfecto, muchas gracias, puedes retirarte-el eunuco le hizo caso.

-Ahora ya somos las dos, mi ángel-le dio un beso antes de tumbarse, cansada del viaje y empezó a alimentar a Ayaz que estaba hambrienta.

Leyla sonreía notando el frío que desprendía sin molestarle.

-No dejaré que nada te pase, mi bebé-

3 años después

Una chica rubia de mirada traviesa se había escondido de sus cuidadoras y se había metido debejo de su cama. Su madre había salido a organizar algo.

Las puertas se abrieron y dos pares de piernas se detuvieron cerca.

-¡Oh, no, ha vuelto a desaparecer! - Dos voces preocupadas miraron en todos lados freneticamente.

-¿Que sucede muchachas? -escucho hablar a Belma kalfa,la mujer que la llevaba a sus clases matutinas.

-¡La sultana no está! -

-¿Han mirado debajo de la cama? - ante lo dicho decidió salir por su cuenta.

-¡Buu! -

-Sultana, que susto-una de las criadas sonrió por la broma y le ayudo a salir de allí.

-Vamos, mi sultana una ducha fría le vendrá bien-

-¿Con cubitos de hielo? - pregunto suplicando.

-Todos los que quiera-respondió la kalfa riendo.

-Pues vamos- cogio de la mano a la criada y ambas fueron a las duchas.

Había unas escaleras de madera que llevaron a una bañera de piedra enorme llena de agua con hielo y flores.

La ayudaron a bañarse enjabonandola, después le pusieron un vestido azul turquesa hecho de seda con adornos dorados.

-Ya está lista, es hora de que la llevemos con la sultana-la acompañaron a los aposentos más lujosos y en la entrada estaba Tahir.

-Buenos días, mi sultana - le hizo una reverencia.
-Tahir! - Ayaz le abrazo y el la cogió alzandola.

-Quiero ver a mi madre para darle los buenos días-

-Adelante Princesa-la puso en el suelo abriendo la puerta para que pasara.

-¡Buenos días Mami! - saludo alegre corriendo a su lado.

-Mi Ayaz, mi vida, buenos días a ti también cariño-

-Tengo que desayunar rápido, quiero ir a clase, hoy tengo clase de música, historia y escritura-

-De acuerdo, vamos, te llevaré hoy a tus clases-

-Gracias, estoy emocionada, pronto podré escribirle a papá, Sha, la sultana Ayse, Hatice y Suleiman-salte sentandome en un cojin.

- Presta atención en las clases, y serás una sultana hecha y derecha como tus hermanas-

-Me esforzare mucho-prometió la joven hada sacando sus alas y levitando al techo.

Sultana AyazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora