Doble jornada

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La mano del oficial se posó sobre la palanca del transformador.

—¿Cuáles son sus últimas palabras? —Le preguntó al hombre en la silla eléctrica.

—Me sorprende que en 15 años a nadie le molestó que trabajara de día en la carnicería y de noche en la morgue, hasta que subí los precios de la carne.

Diez microrrelatos de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora