A pesar de que Harry y Violeta había perdido a sus padres James y Lily a una edad temprana, su tío Sirius Black se encargó de su tutela y la de su hermano se mudaron, con él Aunque la ausencia de sus padres aún se sentía, Sirius se esforzó por brindarles todo el amor y apoyo posibles.
Sirius decidió inscribirla en hogwarts, ya que el sabía que Lily uviese querido que ella fuera a la escuela en la que ella estudió
A medida que avanzaba su educación en Hogwarts, Violeta comenzaba a descubrir más y más acerca de cómo eran sus padres y el mundo mágico que ambos dejaron atrás.
Violeta tenía una ambición clara desde el comienzo del año escolar: aspiraba a formar parte del equipo de Quidditch. Su amor por el juego y su habilidad en la cancha eran motivo de orgullo para ella, y estaba determinada a destacar en ese deporte.
Había visto cómo los jugadores del equipo Slytherin dominaban en el campo y soñaba, con ser parte de ese escuadrón algún día.
Draco Malfoy, el heredero de una familia elitista de sangres puras, encontraba a la hermana menor de Harry Potter, Violeta, como una curiosa anomalía entre los nuevos ingresos de Slytherin. Violeta Potter una joven de 16 años con una apariencia agradable, cabello rojizo color zanahoria sus ojos dorados eran un recordatorio constante de la familia a la que ella pertenecía.
Malfoy, con sus prejuicios y arrogancia, decidía tomar a Violeta como una especie de "proyecto", intrigado por su aparente posición como la única Slytherin con sangre mestiza.
Draco Malfoy albergaba sospechas hacia Violeta Potter al ser hermana de Harry. Su prejuicio y envidia hacia la familia Potter lo hacían ver a Violeta con desconfianza y recelo desde el principio, sin darle realmente la oportunidad de ser juzgada por quien era realmente. Draco no se confiaba de ella y siempre la vigilaba de cerca, esperando que hiciera algo que le fuera en contra a él, a la escuela y a su familia.
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