Capítulo 5

794 74 25
                                    

Rebecca había hecho muchas cosas estúpidas en su vida. Había intentado hacerse amiga de una avispa cuando tenía diez, ganándose un viaje a la sala de emergencias y el descubrimiento de que era alérgica a casi todos los insectos que pican. Cuando tenía nueve, le preguntó a una persona desconocida en una tienda qué era una prostituta luego de leerlo en la portada de un periódico, poniendo roja a su madre al instante. Cuando tenía doce, empujó a su hermano de uno de los juegos del parque, accidentalmente quebrando su brazo. A los quince, creyó que había aprendido la lección, pero cuando Lia le propuso saltarse las clases para besarse en el gimnasio de la escuela, terminó castigada durante un mes. Pero todas esas idioteces no eran nada comparado a lo que estaba sucediendo hoy. Rebecca, a punto de cumplir veintitrés, parada frente a Coated Dam con su guitarra en la mano como si tuviera derecho de estar allí. No tenía ni idea si Freen le había dicho la verdad sobre conseguirle un set esa noche, pero Becky había dejado que la estupidez le ganara y arrastró a Nam al bar con ella. Se abstuvo de decirle a cualquier otra amiga, básicamente porque no quería que Irin se enterara, quien, incluso dos días después, seguía enfadada con ella.

Apenas había hablado con Friend desde que se había ido a Londres. Friend sólo la había llamado dos veces, una el Domingo, y otra anoche. La llamada de la noche anterior no había sido ninguna sorpresa para Becky. Friend había perdido el vuelo de vuelta a casa y Mark la había convencido de quedarse en Londres por los próximos días dado que, de todas maneras, partirían pronto a Tokio. Becky no había protestado, ni siquiera se había molestado en decirle sobre la posibilidad de que tocara en Coated Dam a la noche siguiente. No valía la pena; a Friend no le iba a importar. Y, sobre todo, no era como si fuera a subirse a un vuelo de vuelta a Bangkok para poder ir a verla. Además, esperaba que Freen apareciera a devolverle su anillo; Friend no necesitaba ver eso.

-Vamos, Becky- Nam la apuró, sacándola de sus pensamientos. Tomó el brazo de Rebecca, y tiró de ella hasta la entrada principal del bar colmado de gente.

-Tranquilízate, ¿quieres?- Becky rio, tropezando mientras intentaba seguirle el ritmo a su amiga. No estaba segura de que no fuera a humillarse a sí misma apareciendo con su guitarra cuando no sabía si realmente tenía un lugar, haciéndola dudar de entrar al popular lugar.

-Ni siquiera sabes a que hora tocarás, ¡¿y si llegamos tarde?!- Nam chilló. Su amiga parecía creer completamente que Freen tenía algún tipo de contacto y de verdad le había conseguido a Becky un lugar en ese escenario. Sin importar cuántas veces Rebecca le recordara que ese tipo de cosas no le sucedían a ella, Nam no se rendía. Estaba convencida de que esta noche sería la noche en la que la vida de Becky cambiaría para siempre.

-Estás llevándome directamente a la vergüenza- Becky gruñó, liberando su brazo del agarre de Nam-. Probablemente sólo me estaba jugando una broma... Aparecerá para devolverme mi anillo, comprarnos un par de tragos para amortiguar la humillación, y ese será el fin de la saga de Freen.

-¿Saga?- Nam preguntó, terminando su recorrido hasta las puertas del bar-. No lo llamaría una saga... ¡Te puso el mundo al revés, tu mejor amiga está enfadada contigo, y el resto de nosotras queremos que dejes a tu estirada prometida y continúes con tu vida! Eso no es un simple interludio.

-Cállate- Becky gruñó-. Entremos. Quiero acabar con esto antes de que siquiera comience.

Nam rodó los ojos y caminó con seguridad hasta el guardia en la puerta, identificación en mano. El hombre la escaneó, se la devolvió, y abrió la puerta para ella.

-No puedes entrar con una guitarra a menos que toques- el hombre le dijo a Rebecca, escaneándola rápidamente.

-Tocará. Su nombre es Rebecca- Nam le dijo con seguridad-. Una chica llamada Freen le consiguió un lugar.

Aim you - FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora