Capítulo 9

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Narra Nefer

No encuentro palabras exactas para describir la tensión, incomodidad y adrenalina del momento. Estamos en medio de la cocina y Layla se encuentra en las puertas de estas recogiendo todo. La cara de Aleph es un poema pero en sus ojos puedo ver un atisbo de diversión.

- Perdón por entrar sin avisar - se disculpa Layla con la vista en el piso - Descuiden que no vi absolutamente nada - pero por supuesto que si vió todo, pero me alegra saber que no dirá nada.

- Yo tengo una reunión con los consejeros - se excusa el faraón huyendo de la situación y dejándonos solas en la cocina.

Layla coloca la bandeja en la mesa, se sienta y yo hago lo mismo a su lado. El silencio reina hasta que al fin ella habla.

- ¡¡¡WOW QUÉ FUÉ TODO ESOOO!!! - se dirige a mí emocionada.

- No sé, solo pasó - digo apenada.

- Ey no debes de avergonzarte conmigo, somos jóvenes y créeme que yo nunca te juzgaría - me tranquiliza y yo doy un fuerte suspiro.

- La verdad es que no sé, estábamos hablando y de repente me besó - le explico aún atontada recordando el beso.

- Bueno la verdad es que a leguas se nota que el faraón está loquito por tí amiga.

- Lo sé - admito sonriendo levemente - y yo también siento lo mismo, pero es imposible, además él está comprometido y es algo complicado.

- Pues cuéntamelo todo, tengo todo el tiempo del mundo - me dedica una sonrisa cómplice y yo le hago toda la historia hasta el encuentro de hoy con el faraón.

- Y eso es todo - digo cuando termino de contarle.

- La verdad me sorprende como desde el principio trató de protegerte e incluso por encima de su madre la faraona, se ve que en verdad te quiere.

- ¿Quién quiere a quién? - dice Aya entrando a la cocina - ¿Y ustedes que hacen holgazaneando con todas las cosas que hay que hacer en el palacio? - nos reprende y luego ambas nos ponemos a seguir con nuestras labores.

- No te preocupes, no le diré a nadie - me susurra Layla antes de salir de la cocina y sé perfectamente a que se está refiriendo y me alegra saber que tengo a alguien en quien puedo confiar.

Termino de picar algunas verduras para la comida y comienzo a ayudar a Aya a llevarlas al comedor del palacio donde se encuentra ya la víbora y el faraón aguardando sus manjares.

- Ya tengo todo listo Aleph - comenta la faraona mientras servimos todo - En cuanto llegue podrán instalarse de inmediato, además que ya tengo todo perfectamente planeado para el compromiso. Será dentro de cuatro días, ya solo falta que llegue mi futura nuera - suelta y yo siento un nudo en mi garganta, no voy a llorar pero tengo tanto coraje. Aleph solo asiente con la cabeza y antes de marcharme del comedor me dedica una mirada.

¿Pero este qué se cree?, que puede besarme, hacer y deshacer cuánto le dé su real gana. Se acabó Aleph, no voy a permitir que juegues conmigo de esta manera.

Luego de atender a los faraones comimos todos los sirvientes en la cocina, Layla se sentó junto a mí y charlamos un rato. Cuando terminamos fuí al área de descanso y me dí un relajante baño. Al salir de este ya era bastante tarde y cuando me iba a acostar llaman a la puerta del cuarto.

- Se le solicita en la habitación del faraón - anuncia un guardia que se me hace conocido ya que lo he visto par de veces por palacio.

Me dirijo hacia donde solicitan mi presencia y al tocar dos veces en la puerta enseguida tengo respuesta.

La Esclava Del FaraónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora