🖤Capítulo 11🖤

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La Boda

Luciano Torricelli

Hoy era la boda habíamos acordado de que no sería nada grande por el simple hecho de que no lo vieran venir, pero estaba claro que conociendo a mi hermana no se resistiría al menos comprar un bonito vestido y hacer un bufete con la familia seleccionada.

Todos los días no sé casa un Torricelli y mucho menos yo. El hombre mujeriego, perfecto mentiroso y manipulador, así me decían las mujeres con las que me acostaba.

Supongo que no les hacía gracia que después de que me las follara desapareciera y no que me quedará a dormir con ninguna. Pero mi no me podía rebajar a tanto alboroto.

Prefería que dijeran esas palabras tan hermosas que eran como melodías para mis oídos, que me anduvieran viendo con putas de aquí para allá.

Pero claro tenía una excepción "Natalie Blake".

—Llevas mucho aquí—me sorprende su voz.

—Hago algo importante—ojeo mi carpeta y la miro.

Veo que lleva un vestido color canela corto entallado a su cuerpo dejando ver sus increíbles curvas, el estraple del vestido tiene una abertura en forma de v dejándome ver un perfecto ángulo de sus pechos redondos bien altos. Al acercarse puedo notar el color negro bajo sus ojos haciendo que estos resalten y se vuelvan más felinos.

—Necesitabas algo—me recuesto y me cruzo de brazos cuando ella comienza a pasar la mano por la madera de mi escritorio.

—Solo quería saber en qué pasas tu tiempo.

—Dime que quieres—escupo.

—No puedo solo saber qué haces—rodea la mesa recostando su culo contra el escritorio quedando alfrente mío.

Sonrio, está claro que me está provocando. Y sus hermosas piernas ante a mi abiertas dejándome ver las bragas negras de encaje no ayuda.

Puedo sentir como de solo pensar poner su coño en mi boca mi polla se pone dura. Nunca ayuda cuando quiero solo tomar el control. De alguna forma siempre consigue lo que quiere.

—Quería decirte—hace una pausa mientras se sube en la mesa—que ahora que nos vamos a casar tendré que cumplir con las labores de esposa, como: cuidar a mi esposo—abre más las piernas—obedecerlo—baja suavemente sus bragas.

Joder mi polla está a mil.

Quiero colarme en ese coño tan apretado y follarlo duro hasta que me reviente la polla.

Cada que habla es una pequeña tortura y mis ganas aumentan mi polla está que se quiere reventar de la tela gruesa que lo castiga. Quiere ser liberada y apoderarse de casa uno de sus agujeros y hacer que correr a tal punto que tenga que tomar una toalla para limpiar el desastre.

—Y...—joder dilo—follar.

Sale tan perfecto de su boca que casi me vengo solo de verla quitarse las bragas.

—¿Quieres que me toque?—sonrie pero igual no espera respuesta.

Se recuesta en la mesa abriendo más las piernas. Baja una de sus manos y la posiciona en la entrada. Sin mas resbalan y se adentran dejándome ver una perfecta vista de sus lindas manos adentro de su vagina.

Deseo Insaciable*(Por Corregir)*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora