Astrid había sido la única hija de la diosa Artemisa,quien cayó bajo los encantos de un mortal,pero,cuando se quedó embarazada,él la dejo de lado,haciendo que la diosa prometiera no volver a enamorarse o estar con alguien.
La semidiosa creció junto...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A la mañana siguiente,cuando Astrid volvió a la enfermería,a donde su madre le habia obligado a ir después de recordarle otra vez que el chico lesionado era culpa suya,se encontró con la sorpresa de que él ya no estaba allí.
-Genial-murmuró frunciendo el ceño.Hace menos de veinticuatro horas tenía una flecha en la pierna,por lo que era imposible que ya se hubiera curado-Debería haber huido cuando me di cuenta de que le había disparado-dijo por lo bajo saliendo de la tienda.
Camino por el Campamento,saludando a algunas cazadoras por el camino,pero sin ver a ningún Mestizo,lo cual le pareció extraño.
Estaba buscando por el límite del bosque cuando escucho unos ruidos entre los árboles,haciéndola detenerse en seco y agarrar con fuerza los dos cuchillos que había metido en sus bolsillos cuando decidió que sería demasiado cargar con el arco.
Miro unas sombras entre los árboles,tensandola.
Lo más probable era que un monstruo los hubiera encontrado o que el hombre manticora hubiera vuelto con un ejército más grande dispuesto a cazarlos y encerrar a su madre.
Lanzó el cuchillo,escuchando como se clavaba en un tronco con un golpe seco,pero frunció el ceño cuando escucho jadeos.
Jadeos humanos.
No,definitivamente eso no era un monstruo.
Enfadada,se abrió camino entre los dos árboles,suspirando cuando vio al grupo de semidioses mirarla con los ojos muy abiertos.
Y,como no,el lisiado estaba allí sentado,mirando entre ella y el cuchillo que casi había clavado en su cabeza.
-¿Pero que estáis haciendo?-pregunto avanzando con fuerza hacia el tronco para recuperar su cuchillo-¿Qué hacéis aquí escondidos?-antes de que pudieran contestar,siguió con otra pregunta,clavando sus ojos en el idiota de pelo negro-Y tú,tenias que estar en la enfermería.Se suponía que tenía que curarte la pierna esta mañana.
-La pierna esta perfectamente-dijo mirandola con los ojos entrecerrados.Claramente,no confiaba en ella,lo que Astrid no entendía.
Quitando el hecho de que era ella quien le había clavado la flecha,había hecho cosas buenas por él,como reunirlo con su familia y esforzarse en tratar su herida.
-¿Ah,si?-dijo arrodillandose frente a él.La miró,confundido,hasta que sus ojos se abrieron con horror cuando ella presionó su pierna,justo donde estaba la herida,haciendo que gritara de dolor y los demás desviaran la mirada con una mueca-No...A mi no me parece que este curada-murmuró para sí misma.Se giró a mirar a los otros semidioses,hablándole al de pelo negro y ojos azules que había vuelto a mirarlos-Tú,¿como te llamas?
-Percy.
-¿Percy?-se distrajo por un momento de la situación al mirarlo confundida-¿Qué clase de nombre es Percy?
