06

225 24 3
                                    


El verlo arropar a Jinnie me hizo recordar a cómo Yuna lo intento una vez porque le hiciera un favor pero Hyunjin no quiso.

Éso lo hacia convencerse cada vez más de que él híbrido era la persona perfecta para él.

Cuándo terminó de hacer su trabajo, me tomó nerviosamente del brazo, jalandome junto a él hacia la sala de estar.

Nos miramos tímidamente sin saber qué decir exactamente.

—¿Quieres salir a dar una vuelta? –Rompí el silencio y Felix asintió  feliz.

Salimos y sentimos el frío de la noche golpearnos, lo miré abrazarse a sí mismo.

Negué riendo, cediendole mi abrigo.

El sonrío apenado, para después mostrarse demasiado nervioso.

—¿Qué pasa? –Pregunté a lo que él hizo un puchero.

Pensando en sí debería decirme o no.

—Quiero convertirme en pollito, pero no quiero dejarte sin compañía para hablar en nuestra cita –Confesó algo afligido por mi respuesta.

—Está bien, Lixie. Házlo –Accedí y lo miré convertirse en pollito.

Empezamos a caminar, al parecer la ropa también se achicaba junto a él.

Reí por ello, pensando en lo adorable que se veía.

Aún que estaba seguro de que aparentaba ser un dementemente que le sonreía a su pollito.

Ví cómo de un momento a otro, un carro comenzaba a seguirnos.

Me asusté inmediatamente, tomé en brazos a Felix y éste quería decirme algo pero seguía estando en su forma de pollo.

Y pensé.

¿Por qué no te conviertes en humano sí quieres decirme algo?

Sin embargo, sólo aceleré mis pasos, percatandome que en efecto la camioneta estaba siguiéndonos.

Logré perderlos en una estación de bus y fue entonces que Felix volvió a su estado normal.

—¡CHANNIE! –Dijó el híbrido y me abrazó sintiendo como sus lágrimas recorrían por mi playera.

Lo llevé a mi pecho, escondiendolo ahí mientras le acariciaba con cariño su espalda.

—E-ellos son químicos que me tenían en una jaula para investigarme –Soltó Felix y pudo sentir su dolor en cada palabra.

—Mataron a mí amigo Sunggie quién era una ardilla, pero ya no supe de mi amigo Jeongin –Volvió a hablar, sollozando ahora más.

Lo miré con lastima, tomé su mano para darle apoyo y subimos al primer autobús que pasó.

Sin duda hablaríamos bien en casa.

Por seguridad, nos sentamos hasta el final del autobús y yo me puso al lado de la ventana.

Tomé su cabecita y la coloqué en mi hombro para tranquilizarlo, haciéndolo al instante.

—Todo está bien, Lixie. No dejaré que te lleven –Le prometí con toda seguridad mientras él cerraba los ojos por el sueño.

Por qué sí, ya era muy noche.

Teníamos suerte de que el autobús estuviera solo y fuera el último.

Si llegábamos un minuto tarde, probablemente hubiéramos tenido que regresar a pie.

.1414.

No quería despertarlo, por lo que no me quedó de otra que cargarlo sobre mi espalda.

Sentí cómo sus respiraciones chocaban con mi cuello justamente en mi glándula de feromonas.

Dejé salir un par de mis feromonas para tranquilizarlo hasta que llegáramos a casa.

Sólo quedaban un par de cuadras, cuadras dónde fuimos perseguidos y dónde el camión no pasaba.

Ahora el que tenía miedo era yo, sin duda.

Ya era tarde, sólo esperaba que la camioneta no estuviera observandonos.

Y en efecto, aquella camioneta estaba a un par de cuadras observandonos.

Vaya, estábamos en problemas.

Chiken _ChanLix_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora