Capítulo 3 - Primera noche

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Fred salió de su ahora nuevo hogar y dejo a su compañera sola, la puerta se cerró lentamente mientras Henrrieta se quedaba sola en el cuarto, encerrada en este confundida y en su cama.
No estaba acostumbrada a lo que acababa de pasar por lo que se retorció contra las almohadas en forma de rabieta

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El dúo se separó, una en casa y el otro salió de comprás por necesidad.

——————>Fred<—————

El chico luego de salir del apartamento comenzó a reírse a carcajadas por lo que acababa de hacer, parece que su enojo se había desecho mientras bajaba por la escalera del hotel.
6 pisos bajo al punto de llegar exhausto a la puerta, le pareció extraño no haber visto a nadie cuando bajaba, supuso que estarían trabajando o fuera de casa por la hora. Cuando llegó al living se estiró y camino por el lago pasillo hacia la entrada del complejo, saludando con un movimiento rápido de mano al anciano de la recepción, el cuál le sonrió amablemente antes de que el chico saliera del lugar y comenzará a caminar por la acera, los minutos y segundos pasaban uno a uno y el seguía por la acera de la avenida, a mitad de esta encontró una piedra en el piso, la cuál pateó una y otra vez hasta que por fin llegó al supermercado, una gran tienda con un letrero con su nombre "Nuestro"
El leyó el letrero mientras la puerta se abría — shh* y el chico entro al Super mercado.
Paredes verdes y blancas con un piso de igual color, las cajas en la entrada para luego revelar un laberinto de pasillos rectos que llegan hasta el fondo donde se veía un gran refrigerador con lácteos.
Fred saco su teléfono para ver una lista de compras anteriormente hecha y pasar pasillo a pasillo comprando lo necesario. Una compra usual para subsistir por un mes y un poco más.
Cuando terminó, llegó a la caja, pago y se retiro rápidamente del lugar.
Al salir tomo una decisión.
Este con sus pasos rapidos volvió a el complejo para entregarle la compra a el anciano de la entrada.
— Hey viejo, me puedes guardar esto. Vuelvo en unas horas —
El viejo lo vio a los ojos y con una sonrisa simpática y accedió, tomando las bolsas y metiendo estás en un locker detrás de el.
Fred luego volvió a salir con sus pensamientos revueltos, aún que su enojo causado por el acto de Henrrieta se había disipado, el negaba a ver a la chica.
Para despejarse salió a trotar por la avenida.
Troto por horas, hasta que las piernas le dolían, termino de trotar y eran aproximadamente las 8 de la noche. Sin embargo no estaba cansado, se sentía vivo e inclusive felíz.
Cuando por fin acabo de correr volvió al apartamento, sediento y hambriento, no desayuno o almorzó así que estaba destrozado

————>Henrrieta<—————

Henrrieta se quedó sola en la habitación, con su rabieta en la cama desordenada por esta y los ojos rotos, a pocos segundos de romper en llanto. Sin embargo... No lloro y decidió volver a ordenar la cama, acomodo las almohadas presionando estas con sus manos, las puso en el piso mientras colocaba la sobre cama y luego colocaba las almohadas sobre la cama, moviendo la cabeza de arriba abajo orgullosa por su trabajo y con una sonrisa en su rostro.
Abrió su bolso para ordenar su ropa en el closet de la habitación, llevaba por suerte una libreta y unos marcadores.
Con esto marco en una gaveta como "Ropa interior Anri" para evitar que su compañero la habrá con accidente.
Mientras la pequeña chica arreglaba la ropa escucho un par de toques en la puerta.
Toc* Toc* Toc* buenas... Soy parte del comité de bienvenida! —
La chica fue caminando del cuarto hacia la puerta, mientras recordaba una de las múltiples reglas que leyeron juntos.

" 4- el staff del hotel viste totalmente de negro y usan máscaras por seguridad, además de un gafete de identificación con una letra, si alguien distinto a esta descripción se acerca a usted.
Corra "

Por alguna extraña razón la chica repetía esa regla en su cabeza una y otra vez antes de tomar el pomo de la puerta el cuál estaba frío, casi helado.
La mano de la chica temblaba mientras giraba el pomo  — clack* — sono cuando la puerta se abría para luego soltar un fuerte chirrido — clinnn...* —
Cuando la puerta se abrió la chica miro del otro lado, alguien vestido de negro y sonriente, no llevaba máscara y su piel era totalmente blanca casi fantasmal.
Su vibra era extraña e inquietante, su sonrisa no parecía humana, el no parecía humano.
Tan alto como su compañero pero mucho más delgado
Bienvenida pequeña
Dijo la extraña criatura mientras acercaba sus manos a la cara de Henrrieta, sus manos eran largas y sus uñas estaban descuidadas e afiladas.
Le roso ligeramente el cachete a Henrrieta, la cuál era cachetona.
El filo de la uña le hizo una ligera cortada mientras ella repetía la regla en su cabeza.

Aínigma.v1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora