Capítulo 4.

186 13 0
                                    

– Es que, ¿Cómo se le ocurre hacer eso?. – solté molesta

– No tuvo porque decir esas cosas. – Carlos me apoyo

– Exacto. – tomé un bombón y le dí una mordida

Estaba en la habitación de los Ferrari en el hotel, aún en Bahrein. Charles no estaba, pero Carlos sí. Además, estaba aburrida y necesitaba hablar con un latino que entendiera lo que digo y Checo no estaba disponible porque estaba grabando un video junto a Max y los de Alpha Tauri.

«Algún día yo estaré en uno de esos vídeos», pensé.

– Pero no entiendo algo. ¿Por qué te niegas a terminar enamorada?.

– Carlos, por dios. Eso no existe.

– ¿Jamás te has enamorado?.

– No sé que sea esa mierda que todo el mundo llama "amor".

– ¿No amas la Fórmula 1?.

– Yo vivo por la Fórmula 1. ¿Amar?. ¿Qué es eso?. Yo solo tengo pasión por la F1. Nada más. – el español rodó los ojos cansado de mis palabras

– Necesitas enamorarte.

– No. Jamás. Nunca.

– Lo terminarás haciendo. Lo sé. Estoy seguro.

– Si, claro. Lo que digas.

Nos quedamos callados viendo la película de la televisión mientras comíamos el manjar de comida que habíamos perdido.

– ¿Qué opinas físicamente de...? – lo pensó –. De Alex Albon. Empezando por tu compañero de equipo. – dijo

– ¿Físicamente?. – asintió –. No sería mi tipo.

– ¿De los Alpha Romeo?.

– Ninguno de los dos.

– ¿De Alpha Tauri?.

– No. Aunque Yuki se me hace tierno. Es que, es una cosita linda. – ambos reímos

– Okay. De McLaren.

– Piastri definitivamente no y Lando también se me hace tierno.

– Los Mercedes.

– Hamilton es negro, es un claro y evidente no...

– Entonces eres racista.

– No. Simplemente no me agrada y ya. O sea, tiene siete campeonatos del mundo y es negro.

– Racista.

– Realista. – lo corregí y rió levemente

– ¿Y George?.

Lo pensé un poco. Me parecía lindo, pero no creía que fuera mi tipo.

– Un 5 de 10.

– Okay. Entonces ya sé cómo por dónde ir. – reí –. ¿Qué hay de Aston Martin?.

– Stroll no y el Nano es el Nano. O sea, lo quiero como mi papá. – reímos nuevamente

– Bien. Alpine.

– La escudería perfecta. – reí levemente –. Mirá, Ocon es algo lindo, pero no es mi tipo. Y Pierre... – lo pensé –. Sí, yo digo que con Pierre sí.

– Okay. Te gustan con rasgos europeos, más franceses. – pensó en otro nombre –. Charles.

– Vete al carajo. – rió a carcajadas

Era más que evidente que no quería saber nada de Leclerc ahorita. Ya suficiente había tenido con lo de la entrevista.

– Bueno, bueno. Haas.

Rosso Ferrari | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora