MENTE Y CORAZÓN

ENCUENTRO

-Lander - pronuncio con voz grave su padre al verlo, sus ojos penetrantes no se alejaba, y eso a veces provocaba una sensación de miedo.

El castaño, solo trago saliva y dio pasos fuerte para aproximarse, podía sentir cada mirada como una lanza que atravesaba su  cuerpo, pero intentaba mantener la calma, apretado con fuerza manos, en cuanto estuvo ante su figura paterna, se inclino levemente.

- Padre, Buen dia.- respondió con voz temblorosa.

- Lander, debemos a hablar.- hablo su padre sin apartar su ojos de el, mientras le indicaba a todo la gente saliera del lugar.

A lo que el joven asintió con la cabeza  y se acerco con rapidez.

- Sabes que nuestra tribu esta lleno de cosas extraordinarias pero también cosas tenebrosas.- contesto el hombre mayor, mientras tomaba una espada y comenzaba a admirarla.

Lander asintió sin que de su boca saliera una palabra.

- Una de ellas es debes de empezar a divagar, debes casarte y asentarte, deja de soñar, debes aceptar que están por sentadas, debes hacerte de fuerza.- expreso con dureza su progenitor.

- Pero..- su padre lo detuvo con la mirada.

-  No veo progreso, y quiero que hagas algo, hoy  quiero que vayas y entrenes, y tienes una cita con una joven hoy, espero mucho.- contesto su padre con voz firme.

El castaño respiro y solo respondió con una respuesta corta.

- Si padre.- 

Para luego retirarse de la habitación, para cuando estuvo en la puerta pudo escuchar la voz dulce  de su madre.

Se acerco a la puerta, y escucho atento lo que sucedía en la habitación.

- Eres duro con el.- expreso con preocupación su madre.

- No veo en el mas que miedo y fracaso.- menciono su padre con desgaste.

- Lander es alguien...- expreso su madre pero fue interrumpida  por su padre.

- No hará nada, traerá desgracia a esta mundo tal como se nos dijo, no sirve de nada, todo son sueños vanos y lo tacharan de loco , solo veo en el  debilidad.- menciono su padre.

Lander respiro agitado y solo pudo sentir como sus  mejillas eran tocadas por sus lagrimas, apretó sus puños y salio  corriendo hasta donde sus piernas le permitieron.

Agacho la mirada para que nadie lo viera así, podía sentir como la rabia, la decepción crecía dentro de su pecho,  se apresuro a llegar a los establo, en cuanto estuvo ahí, tomo a uno a de los caballos, se subió de manera ágil al animal y salio de manera apresurada.

Podía sentir como el aire golpeaba su rostro, mientras podía sentir la respiración del caballo, su cuerpo podía sentir como su sangre hervía, el cabalgar de caballo parecía acelerado, pero este se asusto al ver una serpiente, por lo cual se levanto en dos.

Enseguida tomo de la melena al caballo para calmarlo, pero este solo retrocedió, mientras este le habla de manera apacible.

- Diomedes, calmarte.- pronuncio con voz apacible, en cuanto caballo se calmo, el bajo del corcel.

Noto los ojos dilatados de este  y como este respiraba de manera errante,de pronto noto que se encontraba en el bosque, nunca había venido hasta este punto,  noto el resplandor de la naturaleza y el apacible silencio de este.

Acaricio al corcel , para luego ladear la cabeza para que caminaran, debía descansar después esta travesía, podía sentir como el sudor resbalaba sobre su cien y el calor de su cuerpo, mientras movía las ramas para acercarse a lo que parecía un llacimiento de agua, mientras sus pensamiento albergaban su mente.

Por que su padre lo llamaba débil,  por que cuestionarlo de esa manera, siempre sintiendo que aunque el hiciera lo que hiciera siempre seria insuficiente, aunque en ocasiones no era lo que quería, se sentó sobre la orilla del rió mientras el caballo tomaba agua para saciar su sed.

De pronto escucho pasos cerca del lugar lo que lo alerto, podía ser que hayan salido en su búsqueda, pero cuando empezó a caminar agachado para presenciar una figura femenina, esta estaba recolectado agua con una vasilla, su mirada se fijo en la joven mujer.

Pero la voz de la mujer lo saco de su trance.

- Debes de ser interesante pensar en mi.- expreso con voz meloso la mujer.

Lander cayó de espaldas, sorprendido por lo dicho, agacho la mirada avergonzado, de pronto visualizo una mano, en cuanto se levanto, cruzo mirada con unos ojos grises, que lo dejaron estático, podía ver en ellos una llamarada que lo atraía. Y eso se noto por que el momento sus mejillas se tornaron rojas, la joven solo le dio una media sonrisa.

- Per.. dón.- tartamudeo el joven, mientras tomaba la mano que le ofrecía de ayuda la jovencita.

El castaño solo bajo la mirada y apenado solo pudo decir lo que pudo.

- Gracias por la ayuda.- menciono rápido Lander.

- Crei que me espiabas, eso algo poco recatado.- expreso dulcemente la joven.

- No, yo no soy así, solo que.... me sorprendió un poco ver a alguien aquí.- menciono nervioso.

Sus ojos parecían conectar, sin decir nada pero a la vez solo parecía una mirada genuina. La joven noto el raspón en la pierna del joven.

- Debes de curar esa herida, no es grave pero debes de ser mas cuidadoso.- menciono la joven con amabilidad.

- No es nada, na... da preocupante.-  susurro en voz baja Lander.

- Siempre eres renuente a recibir ayuda.- exclamo con voz áspera.

La joven dejo jarrón sobre el piso con tranquilidad, y tomo su túnica, la rasgo con fuerza, para luego sumergirla en el agua y agacharse, limpio la herida de manera delicada, y luego miro a su alrededor y tomo algunas hojas de albaca y las puso sobre la tela, para después ponerla sobre la rodilla del joven.

- Esto ayudara.- exclamo con dulzura.

- Gracias.- respondió de manera agradecida.

- A veces hay que dejarse ayudar.- respondió la joven con voz melodiosa, para luego tomar su jarrón y empezar a caminar.

La joven la miro y sonrió de manera y luego empezar a caminar, pero antes de poder alejarse, le joven grito con fuerza algo.

- ¿Como te llamas?- cuestiono con  curiosidad.

- Enio.- respondió ella con esos ojos grises y una sonrisa de alegría, mientras el sol resplandecía sobre ella.