El Fin de Semana

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Es sábado por la mañana y Alicia sabe que es el momento de ordenar lo que no se ha podido ordenar en la semana. Esas son las consecuencias de vivir solo, de no tener a nadie que haga eso por ti. Cuando vivía con la abuela todo era mas fácil, todo era sencillo; o por lo menos así lo hacía ver la abuela. Ella era tan perfecta; es increíble como la perfección puede acabar de un momento a otro y no dejar rastro de lo que fue.

Alicia se levanta de la cama y se prepara para hacer todo lo que normalmente hace un sábado en la mañana. Vive en un pequeño apartamento que alquiló después de salir de casa de su abuela. Solo tiene un cuarto, una sala y una cocina, no necesita mas nada. Comienza por recoger y ordenar un poco su cuarto; guarda la ropa sucia en el cesto, ordena la ropa limpia en las gavetas y los zapatos los coloca por color. No puede evitarlo, pero en el fondo ella sabe que es un poco maniática con el orden; y le gustaría tener un poco mas de tiempo para darle rienda suelta a su manía. 

Se acuerda de que tiene un pequeño radio en la sala y se dirige a encenderlo; tal como hacía su abuela. Parece que ciertas costumbres son obligatorias de ser heredadas. Coloca su emisora favorita ya que allí es donde siempre escucha las canciones mas nuevas. Justo en ese momento está sonando Happy de Pharrell. Le gusta mucho esa canción y le sube un poco mas de volumen. Regresa a su cuarto y sigue en lo que estaba haciendo. 

Se hace la hora del mediodía y se dirije a hacerse el almuerzo. Pero primero decide echar una ojeada a las redes sociales; siempre hay que mantenerse actualizado.
Revisa su celular y se da cuenta que ha recibido un mensaje de su antiguo jefe.

《Cena. Restaurant Portofino. 7pm. Hoy. No llegues tarde》

Alicia no lo puede creer. ¿Quién se ha creído que es? ¿Como se atreve a querer seguir disponiendo del tiempo de los demás? Es indiscutible; las malas costumbres nunca cambian.
Arroja su celular al mueble con enojo; y decide no responderle
《Vamos a ver que va a hacer Don Perfecto si no le respondo》piensa para sí misma y sonríe. A veces unos toques de maldad son necesarios en nuestras vidas. Nos hacen sentir un poco mas vivos y en cierto modo; un poquito poderosos.
Apaga el radio y se va a preparar su almuerzo; que es un poco de pasta corta con salsa de queso y trocitos de tocineta, se sienta en el mueble y enciende la TV. Están pasando el programa español ese donde los participantes escogen letras y tienen que adivinar la frase oculta. Básicamente, piensa Alicia, es el juego del ahorcado solo que con una que otra cosa añadida. Le divierte mucho ese programa porque siempre adivina la frase teniendo pocas letras y eso la hace sentir muy bien.
De repente su celular empieza a sonar y ella se sobresalta; lo agarra y se da cuenta que es Alberto.
- ¡Hola Alberto! - contesta Alicia.
- ¡Hola Ali! ¿Como estás?
- Bien ¿y tu? Aquí almorzando.
- Todo bien. ¿Recibiste el mensaje del ogro? - suelta una carcajada.
- ¿El mensaje? Parecía mas bien un telegrama - también se ríe - cada vez confirmo mas que ese señor tiene problemas.
- Si, yo también pienso lo mismo. ¿Que piensas hacer? ¿Vas a ir? Ya llame a Lucía y me dijo que ella iba; que era la última oportunidad de sacarle dinero.
- Si bueno, creo que debería ir; aunque estar con él me produce ansiedad - se remueve en su asiento - Pero me alivia saber que ya pronto seremos libres de sus locuras.
- Bueno entonces quedamos así Ali; nos vemos mas tarde.
- Ok amigo; espero que hoy se porte bien.
Alicia cuelga y coloca el celular en la mesita de al lado del mueble. Se queda un poco pensativa; sabe que Daniel no quiso ser un mal jefe, que quizás hay muchas cosas ocurriendo en su vida que ella ni sus compañeros conocen. No puede evitar pensar que tal vez detrás de esos ojos grises exista un mar de sufrimiento. Se levanta y termina de limpiar y acomodar la cocina, y se va a su cama a reposar un poco la mente; lo necesitará para la cena de más tarde.

Historia de oficina #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora