The vampire's waltz

juro encontrarte..

Transilvania 1809

Experimento una intensa sensación de dolor que se apodera de todo mi cuerpo, como si innumerables heridas se abrieran simultáneamente. Las voces convergen desde diferentes direcciones, pero no logro identificar claramente su origen.

- Despierte, Su Alteza... Aplique más presión en su brazo, Mattheus - El dolor me hace abrir los ojos y me envuelve en una agonía silenciosa.

Observo a mi alrededor en busca de respuestas y encuentro a uno de mis soldados, con su rostro manchado de sangre de nuestros enemigos.

- Su Alteza está vivo... - La voz distante me confunde, a pesar de verlo justo frente a mí. Intento levantarme, pero solo logro sentarme, tratando de orientarme.

- ¿Dónde estamos? - pregunté, mientras veo cómo él me coloca un torniquete en el brazo izquierdo. Gimo por el dolor y retiro mi brazo de sus manos.

- Lo hirieron en combate y sufrió un fuerte golpe en la cabeza, quedó inconsciente. Pensamos que estaba muerto hasta que una enfermera que buscaba sobrevivientes lo encontró bajo un montón de cuerpos. Su Alteza, luchó valientemente, pero temo que el capitán haya enviado una carta al castillo informando de su fallecimiento hace horas.

Me levanto, ignorando el dolor latente en mi cuerpo, y lo miro fijamente.

- ¿Mi fallecimiento? ¿Acaso me vieron muerto para tomar tal decisión?...

- No, señ...

- ¡No! No fue así - me pongo de pie sin importar el dolor que me embarga.

Si la carta llegó hace horas, todos pensarán que estoy muerto...

Mi amada Katrina... Necesito verla y asegurarme de que esté bien.

Que luche y acabamos a nuestros enemigos..

Sin prestar atención a los soldados que intentan decirme algo, monto rápidamente uno de los caballos y me alejo sin mirar atrás. No estoy demasiado lejos del castillo.

Mi corazón late descontroladamente al ritmo de los cascos del caballo sobre el suelo y los cadáveres dispersos. Si Katrina cree que he muerto, debe estar destrozada. No puedo permitir causarle tal dolor ni una sola lágrima en mi nombre. Prometí reunirme con ella y planeo cumplir mi promesa...

La noche se vuelve fría y una sensación de inquietud se apodera de mi estómago. Los cuervos graznan en la distancia.

Bajo la luz de la luna creciente, camino hacia el pueblo que se encuentra cada vez más cerca. Los habitantes, al verme, parecen sorprendidos y susurran entre ellos como si hubieran visto un fantasma. Sin detenerme, me adentro en el castillo.

- Príncipe Vlad... usted...

- Estoy vivo, abran las puertas... necesito ver a mi esposa - solo en sus brazos encontraré consuelo - digo mientras sus ojos se abren y me miran de una manera que no puedo describir. No me detengo a investigar y rápidamente me dirijo hacia mi hogar.

Se escuchan gritos de terror a lo lejos, frunzo el ceño al abrir las puertas y encontrarme al padre del pueblo cruzando el umbral y bajando las escaleras, con los ojos muy abiertos.

- Hijo, estás... vivo - asiento.

- Es cierto, las noticias de mi muerte solo fueron una mentira debido a la desinformación. ¿Qué hace usted aquí? Hace poco querían encomendar mi alma a Dios.

- Príncipe, yo...

- ¡Vlad! Dios mío... - mi madre baja las escaleras con las manos ensangrentadas. Mi ceño se frunce y mi estómago se aprieta.