Tensión.

Parte única.

-¡Láudano! WUOOO.-Gritaba el de pelo rojo y lentes redondos, yendo hacía acá y allá con pasos torpes. -Es la última vez que hago eso, no lo volveré a beber.

Su acompañante, el Ángel Aziraphale lo trataba de guiar hacia la dirección correcta, viendo como iba hacia atrás y hacia los lados.

-¿Dónde estás?- Gritó el demonio Crowley, despistado totalmente de su entorno.

-¡Aquí! Aquí estoy.- Le contestó el peli blanco, agarrandolo de la cintura, haciendo lo posible para que este no vaya directamente al suelo.

Aunque el pelirrojo no esté es sus 4 cabales, sintió ese agarre firme y le dio un cosquilleo en esa misma parte donde tocaba el angel. No lo iba a admitir, pero le gustó eso.

-Que amable de tu parte, Crowley ¡Salvaste a esa joven!- Exclamó risueño.

-No soy amable, - Soltó el agarre para detenerse y diriguirse directamente con su compañero. -Estoy ebrio de Láudano, no soy responsable de mis acciones.

Se quedaron mirando unos segundos, Crowley con un semblante molesto y Aziraphale con una sonrisa burlona.

-Oh, te vas a meter en problemas allá abajo. Hiciste una acción muy buena-

-Tonterías, si el infierno ya hubiera notado esa "escenita" yo ya-

Aziraphale bloqueó la voz de su compañero, escuchando a lo lejos pasos rápidos y firmes diriguirse hacia ellos.

-Espera.- Detuvo al pelirrojo para que dejara de balbucear.

-¿Qué te pasa ángel? No me interrumpas cuando-

No alcanzó a terminar cuando sintió una jalada fuerte y un golpe contra su espalda. Cuando se dio cuenta que estaban entre dos bóvedas del cementerio, un espacio muy estrecho y algo incómodo. Ambos estaban frente a frente invadiendo el espacio personal del otro; Piernas entrelazadas y sus rostros muy cerca.

Demasiado cerca.

-¡Shh! Crowley, silencio. Escucha- Se sentían pisadas de unos "guardias" acercándose rápidamente.

Eran alrededor de 4 guardias o 6 de ellos totalmente armados, diciendo oraciones como;

"¡Estaban por aquí! Sigan buscando."

"No deben estar muy lejos."

"Reportaron el avistamiento justo por estos lares, ¡Demonios!"

Mierda.

Los estaban buscando por el alboroto que provocó el demonio frente suyo, si no fuera por el Láudano que bebió no estarían en esta situación. Eso le hizo recordar la acción tan noble que hizo con ____.

Dios, a veces de verdad miraba una total bondad dentro del pelirrojo, eso hacía que lo empiece a mirar con otros ojos.

-Maldita sea, ángel, dame un poco de espacio- Alegó susurrando mientra colocaba sus manos en los hombros del peli blanco.

-¡Silencio! Recuerda que nuestros cuerpos no son inmortales, ¡No quiero terminar este día haciendo papeleo!- Se expresó el ángel con angustia, mirando el exterior de esas estrechas paredes, para luego mirar a los ojos amarillos del contrario.

Nunca había estado así de cerca de Crowley, por alguna razón se sentía
Bendecido.

-¡Bien!- Contestó cascarrabias devolviendo la mirada a Aziraphale, de todas maneras no estaba del todo disgustado con la cercanía del otro.

-Bien...- Susurró aún más bajo, sin quitarle la mirada al pelirrojo.

Pasaron los minutos y seguían escuchando como los guardias iban de acá y hacía allá. No se rendían, Dios.