Prólogo

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P. O. V. Normal

Nos encontramos en el banco mágico situado en el callejón Diagon, Gringotts, lugar en el cual se estaba desarrollando una escena interesante.

Harry: ¿Por qué tienes la llave de mi bóveda Hagrid? ¿No debería de tenerla yo, o mi guardián?

Hagrid: El profesor Dumbledore me la entregó para esta ocasión, es tu guardián mágico después de todo, por eso la tenía él, debo devolvérsela cuando vuelva al terminar tus compras. -Dijo mientras seguía sacando cosas de sus bolsillos buscando dicha llave-.

Harry: -Al ver que el semi gigante duraría un tiempo en vaciar sus bolsillos decidió dirigirse al duende que esperaba la llave y ver si podía responder las dudas que tenía- Disculpe, ¿Podría explicarme cómo funciona el dinero mágico?

Griphook: ¿Vez el puesto con el padre e hijo rubios y la madre pelinegra a la izquierda? Cuenta 17 puestos hacia el fondo, ahí responderán tus dudas, ahora déjame trabajar.

Harry: Gracias Sr. Griphook. -Y luego de esas palabras tomó rumbo al puesto con la familia y empezó a contar desde el puesto siguiente hasta llegar al que le indicaron- Está cerrado...

¿?: ¿Cómo estás tan seguro?

Al escuchar aquella voz a su espalda Harry dio un pequeño salto de la sorpresa antes de girar y ver a un chico de más o menos su edad con cabello color bermejo y ojo verdes, aunque tenía una cicatriz en su ojo izquierdo. No lo admitiría, pero lo primero que Harry pensó al verle fue que era lindo, cosa que al parecer dijo en voz alta pues el contrario soltó una suave risa.

¿?: Gracias por el cumplido, me llamo Arthur, ¿Y tú?

Harry: Soy Harry.

Arthur: Bueno Harry, ¿Cómo estás tan seguro de que el puesto de Goldclaw está cerrado?

Harry: No hay nadie, en el reto de puestos hay un duende, pero en este no, así que supongo que está cerrado. ¿Estoy mal? -Preguntó al final, no sabía si era un error asumir cosas en el mundo mágico-.

Arthur: No te lo tomes a mal, pero no deberías de creer que todo es como es, algunas cosas están ocultas a simple vista.

Harry: ¿Ocultas a simple vista? -Estaba desconcertado, ¿Qué quería decir el contrario con eso? -

Arthur simplemente le dio una sonrisa y se dirigió al puesto para tocar siete veces de forma rítmica. Después de un minuto un duende surgió y al ver al de pelo bermejo mostró todos sus afilados dientes en una especie de sonrisa torcida.

Goldclaw: El señor Casterwill, y veo que tiene compañía, ¿Qué les trae a Gringotts hoy?

Arthur: Bueno, mi amigo aquí parece tener algunas dudas sobre cómo funciona el banco, porque lo encontré aquí a punto de marcharse por no haberte visto. Y yo vengo porque tengo que comprar los materiales para Hogwarts.

Goldclaw: Ya veo, si me disculpan un momento. -Luego de excusarse se dio vuelta para bajar de su puesto y caminar a su lado- Síganme.

Harry no estaba seguro de si debería ir con él, pero luego de ver que el chico que acababa de conocer iba detrás del llamado Goldclaw se apresuró para no quedarse atrás y terminar perdido.

Luego de unos diez minutos llegaron a una bóveda, lo cuál extrañó a Harry porque pensaba que todas las bóvedas se encontraban debajo de ellos al escuchar distintos magos decir que querían "bajar a su bóveda" mientras se dirigía al puesto de Goldclaw, y parece que su confusión era evidente pues Arthur soltó una pequeña risa.

Huntik: Potter & SecretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora