Numb Little Bug |Miraculous: Tales of Ladybug and Chat Noir|

Buenos modelos a seguir

Scarlet Lady no espera; actúa. Es una fuerza a tener en cuenta, es belleza, es gracia y te dará un puñetazo en la cara con su yoyó. Al fin y al cabo, una dama como Dios manda nunca se ensucia las manos.

Scarlet Lady es eficiente, respetada y una superheroína. Tiene a su lado el poder de su milagrosa y risueña compañera, Chat Noir. Aunque le vendría perfectamente uno de esos.

Scarlet Lady se levanta, victoriosa aunque un poco agitada, de las cenizas del coche que Chat Noir acaba de desintegrar. El héroe gatuno le pregunta si está bien, y ella asiente, dándole las gracias a regañadientes, porque es una superheroína y él acaba de salvarla. Pero no es mejor que ella. Al fin y al cabo, él destruye cosas. ¿Y ella? Ella crea, ella arregla, ella es necesaria.

"¡Cuidado!" Chat Noir grita y la arrastra con él en el momento justo. Sin embargo, caen juntos, ya que el superhéroe ha empleado demasiada fuerza. Se miran fijamente a los ojos, ella encima de él. Él parpadea y se ríe, como siempre. Y ella no tiene tiempo de enfadarse porque hay gente gritando y más coches volando, así que se levanta y él con ella y corren hacia el villano akumatizado con una única tarea en mente.

El anillo de Chat Noir suena, se le acaba el tiempo. El villano lo atrapa y la Dama Escarlata se estampa contra el enorme cuerpo azulado. No se le da bien planear, la verdad, pero sí actuar. Chat Noir es liberado y ella le grita que huya mientras usa su amuleto de la suerte del día para inmovilizar al villano y aplastar su objeto incrustado por la akuma.

Admira la bandada de mariposas mágicas que vuelan por todas las superficies dañadas de París y las deja como nuevas. Asiente, satisfecha, y mira a la víctima des-akumatizada. Un niño que no había visto en su vida. La miran con ojos grandes y llorosos y ella hace una mueca. No se le dan bien los niños. Pero la criatura le tiende sus delgadas manos temblorosas y ella las coge.

"Cuidado", le advierte en cuanto se da cuenta de que el niño se lleva las manos a la cara. "Si te atreves a tocarme los pendientes, te dejo caer".

El niño suelta una risita, para infinita sorpresa de la Dama Escarlata. Probablemente creen que está bromeando. Pero no.

"¡Scarlet!" La voz de Chat Noir la llama y se da la vuelta, con su compañera de nuevo frente a ella. "¡Buen trabajo! ¿A quién tenemos aquí?"

"Una pequeña alborotadora", Dama Escarlata ofrece la niña al héroe felino, o lo intenta. Se niegan a soltarla y ella hace un ruido exasperado. "¡Suéltala! El gatito te sujetará ahora".

"Aunque parece que les gustas", ríe Chat Noir. "Venga, vamos a buscar a sus padres".Sus pendientes suenan y ella le dedica una sonrisa malvada, sin fingir estar enfadada. Él pone los ojos en blanco, más divertido que irritado.

"Salvado por la campana", le hace un gesto con el que lleva en el cuello y le guiña un ojo. Ella le chasquea la lengua y le pasa al niño, que sigue destrozado pero se apresura a entender.

"Gracias, Dama Escarlata", le dicen. "Gracias, Chat Noir. Me portaré bien a partir de ahora".

"Más te vale", amenaza Scarlet Lady.

"Está de broma", asegura Chat Noir.

"No lo estoy", niega Scarlet y le devuelve el guiño. "Pórtate bien y come dulces. Yo me largo". Y se va, volando con la ayuda de su yoyó, haciendo piruetas innecesarias, pero con gracia al fin y al cabo.

Chat Noir suspira.

"Es increíble", dice el niño, sonriendo. "Cuando sea mayor, quiero ser como ella".

Chat se ríe, sujetando al niño con una mano y su bastón con la otra.

"Vamos a charlar un poco sobre modelos de conducta adecuados mientras buscamos a tus padres, ¿vale?".

"¡Vale!", asiente el niño, como si hubiera entendido algo de lo que acababa de salir de la lengua de Chat Noir.

Y se marchan también en dirección contraria.