Numb Little Bug |Miraculous: Tales of Ladybug and Chat Noir|

No hay forma, ¿verdad?

"¿Has estado enamorado alguna vez?"

Adrien hace una doble toma. Todavía está tratando de asimilar el hecho de que Scarlet Lady de todas las personas se invitó a sí misma dentro de su habitación a las doce y media de la noche. El shock le impidió gritar y el hecho de que ella pareciera enfadada, pero en cuanto sus miradas se cruzaron, su ira se desvaneció y en su lugar quedó el dolor.

Como Adrien Agreste, sentía curiosidad, por no decir otra cosa. Como Chat Noir, también estaba preocupado. Pero ella no conocía su identidad, así que sólo la curiosidad podía traslucirse.

"No", dice. "Al menos, no lo creo".

"¿Quieres decir que no lo sabes? ¿Cómo es eso posible?"

Adrien soltó una risita. Por alguna razón, su enfado seguía divirtiéndole. No importaba en qué estado se encontrara, superhéroe o civil. No era fácil tratar con Scarlet Lady, pero sin duda era una gran fuente de alivio. Siempre decía lo que pensaba, nunca ocultaba sus sentimientos. Él también quería parecerse un poco a ella en esos aspectos.

"Supongo que aún no he conocido a la persona adecuada", dice.

"Lamentable".

Adrien resopla.

"¿Y tú?", pregunta tras una breve pausa. Supone que eso es lo que ella quería oír. Tal vez presumir de su vida amorosa o algo así. Pero ella baja los hombros y cruza los brazos a la defensiva sobre el pecho, y la preocupación que él, como su compañero, no puede evitar sentir brilla en sus ojos. "¿Scarlet?"

"Lo he hecho", dice, no parece contenta por ello. "Lo estoy", se corrige a sí misma y resopla, subiendo la mirada al techo de Adrien. Se queda allí mientras sigue hablando. "Lo estoy desde que era pequeña. Es increíble, por supuesto. El mejor hombre para la mejor mujer", sonríe, no dura mucho. "Pensé que por fin me pediría que fuera su novia. Resulta que todo fue un ridículo malentendido". Ella le mira, con el azul cielo brillando por las lágrimas no derramadas. El primer instinto de Adrien es pasarle una caja de pañuelos. Ella sostiene la caja, hace una mueca y levanta las cejas hacia él.

Adrien tarda demasiado en comprenderlo y su cara se sonroja.

"¡No!", chilla, se aclara la garganta y baja la voz. "¡No es lo que piensas! Soy alérgico a las plumas. Y ha habido... demasiadas palomas por aquí... últimamente..." su voz se hace más pequeña con cada palabra hasta que se pierde en su propia vergüenza injustificada.

El silencio empieza a hacerse cómodo sólo para ser acallado por la risa explosiva de Scarlet Lady. Bueno, en realidad es un fuerte bufido que ella amortigua contra su mano enguantada libre y luego una serie de sonidos impíos contra dicha mano enguantada. Adrien está desconcertado por su reacción al principio. Es la primera vez que la ve tan...

"¡Pobrecito!" se burla Scarlet entre jadeos. En realidad ahora está llorando, pero sigue riendo y finalmente saca un par de pañuelos de la caja, se los lanza a Adrien, se seca los ojos y se limpia la nariz con el sonido menos digno que él haya oído jamás. "Pues no te acerques al señor Pichón si vuelve a aparecer. O mejor aún, llámame y vendré volando a salvarte".

Despreocupado. Relajado.

Adrien ríe suavemente.

"Lo tendré en cuenta."

"Hablo en serio", asegura Scarlet Lady, con una sonrisa burlona en la cara. "Chat Noir puede ocuparse de la rata voladora mientras tú y yo volamos por París, incluso. Es un gato, se las apañará solo con un cerebro de pájaro".

"¿Y el akuma?" Pregunta Adrien.

"No te preocupes por nada", profesa Scarlet Lady, adoptando una postura orgullosa con los pañuelos hechos una bola en una mano. "Te pondré a salvo y volveré para purificar a la mariposa."