una historia donde el futuro rey de los piratas conoce primero a un cocinero llamado Sanji y despues ellos dos rescatan a un cazador de piratas que hace que se enamore el cocinero
Abrazando lo por la espalda y asustando lo tantito el peli-verde le susurro al oído al Rubió "que pasa? Que dice la carta?", un poco nervioso otra vez le contestó con una voz relajante "no es nada... Al parecer Tibany exagera mucho con esto...", después de decir eso estuvieron en silencio unos segundos hasta que Zoro le empezó a besar el cuello al Rubió por la espalda
Tomando la iniciativa? Esta bien...- decía el Rubió intentando ocultar su nerviosismo al sentir los besos del peli-verde por su cuello que iban pasando por el hombro sucesivamente
Aunque allá intentado ocultar su nerviosismo, el peli-verde se pudo dar cuenta y quizo jugar un poco con el metiendo sus manos adentro de la batalla para así jugar un poco con sus pezones
"Que haces?" dijo el Rubió con su respiración un poco acelerada por todos los besos y manoseada que le estaba haciendo el peli-verde, "yo? Nada... Solo disfruto jugar contigo" diciendo eso el peli-verde le mordió cerca del hombro y el cuello, donde no se notaba tanto las marcas para que no sospecharan los de la tripulación. Cuando mordió al Rubió, lo cargo y lo llevó a la cama que estaba justo al frente de ellos, "estas listo? Esta vez haré que no lo olvides" decía el peli-verde viendo como Sanji tenía la batalla casi caida, osea, tenía la batalla olgada mostrando sus hombros y su pecho, con el cabello un poco desordenado pero aún cubriendo su ojo izquierdo
Viendo al peli-verde que estaba igual de nervioso pero no tanto le contestó "si..." con una voz que mostraba su nerviosismo igual. Cuando escucho eso el peli-verde empezó a tocar el pecho del Rubió y luego empezó a tocar aún más abajo hasta llegar al culo del Rubió para allí empezar a aflojar lo para que no le doliera mucho
El Rubió pudo sentir como la mano de Zoro llegó a su culo y que ahora lo estaba rozando, al sentirlo pudo sentir sus dedos que eran grande y gruesos que lo puso más nervioso al pensar como sería el tamaño ahora que ya no estaba ebrio ni nada parecido. Zoro metió el primer dedo, luego vio al Rubió que estaba rojo, luego metio lentamente el segundo dedo, al meter el segundo dedo el Rubió no pudo evitar que le salga una lágrima por el dolor, allí pensó "si me duele con solo sus dedos no me imagino lo que será próximamente..." "como pude aguantar esto estando ebrio?"
El Rubió respiro profundo y le dijo al peli-verde que ya lo metiera, el ya quería ver cómo era sin estar ebrio, si le iba a doler o no, o si lo iba a soportar o no..., el peli-verde al escuchar al Rubió decir eso le preguntó "seguro? Primero necesitó prepararte, ya pasó tiempo desde que lo hicimos y será difícil", lo miro con cara de preocupación pero a la vez con nervios pero luego se le volvió la cara de decidido al ver que Sanji aceptó que ya lo hiciera
Se quitó la bata el peli-verde y allí pudo ver el tamaño que tenía el peli-verde y asustó un poco el Rubió pero ya no había vuelta atrás, ya era demaciado tarde para decirle que se detenga. El momento llegó y el peli-verde se acomodo para entrar al culo del Rubió, al sentir lo grande que era el peli-verde, el Rubió no podía respirar, con tan solo sentir la puntita sentía que era demaciado grande para el. El peli-verde se acercó a la cara del Rubió y le decía sucesivamente "respira... Respira cocinero..." mientras entraba cada vez más en el hasta llegar al punto, cuando entró completamente miro la cara del Rubió que tenía lágrimas saliendo por el dolor y su cara Roja, cosa que hizo que creciera un poco más dentro del Rubió y cosa que sintio el Rubió y sacó una lágrima más
Cocinero... Puedo... Empezar ya?- le preguntó el peli-verde al Rubió para que el pueda empezar de una vez a moverse y hacer sentir mejor al Rubió. Con un poco de lágrimas y la cara Roja, el rubio asintió y así empezó el peli-verde a moverse lentamente hasta tomar un poco más de velocidad y así para sentirse mejor los dos juntos, para sentirse una sola persona los dos...
Nota de la autora:
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