Pt. 1

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Pensando sentada en la cama, recordaste el largo tiempo que llevabas compartiendo habitación junto con Gunwoo, al principio la idea no te convencía del todo, claro está, ya que se "suponía" que la distribución de las recámaras y compañeros de cuarto no serían mixtas, pero al ver que el hombre nunca protestó en ningún momento ni hizo ningún movimiento para ser cambiado, tú tampoco dijiste nada, la verdad te daba un poco igual.

Las habitaciones en ese entonces eran escasas en comparación a la actualidad, así que no te podías dar el lujo de exigir, el tener una recámara compartida ya era un privilegio, había varios compañeros los cuales les tocaba dormir en el piso frío de los pasillos mientras se desocupaban las habitaciones, suerte tenías.

En un inicio te fue difícil el acostumbrarte a la presencia de aquel hombre ya que honestamente con el solo ver su altura a comparación de la tuya era lo suficiente para hacerte sentir intimidada, eso sin contar la escalofíante mirada que él nunca quitaba con ninguna persona, aunque claro está, te imaginabas que la quitaba una vez estando ya a solas en el baño.

Esa pequeña gran inquietud se calmó cuando te diste cuanta que el alto ni se hacía notar en esa diminuta habitación, raras eran las veces en las que él decía algo y solamente aparecía tarde en las noches para dormir y se iba muy temprano en las mañanas, ya que siempre lo mirabas y escuchabas que le dejaban demasiadas cosas en su trabajo, así que era como si la habitación solo fuera tuya la mayor parte del tiempo. 

No te quejabas, ya que nadie iba a molestar en ese internado y mucho menos en esas habitaciones, ya que en primera, estaba muy alejada de las salidas y entradas principales, y segunda, porque sabían que él estaba en esa habitación y todos le tenían mucho respeto y hasta cierto modo, miedo y envidia.

Para ti, la percepción que tenías de ese hombre había cambiado de intimidante a incluso un poco tímido en el tiempo que llevabas compartiendo esa habitación junto a él, y eso te ayudó a relajarte lo suficiente como para sentirte cómoda en ese entorno. Además, estabas muy segura de que él era una buena persona, ya que lo había reflejado en pequeñas ocasiones con acciones tiernas en el tiempo que llevaban juntos.

Como la vez que te enfermaste tanto que no te podías ni levantar de la cama, Gunwoo te llevó la comida a la habitación siempre que se encontraba cerca del internado y se aseguraba de que tuvieras todo lo que llegaras a necesitar, cuando nadie más pareció notar tu ausencia.

- Y ¿Cómo es el compartir habitación con ese grandulón? - Preguntó una de tus amigas con una risa burlona en una ocasión mientras desayunaban en las amplias mesas de metal del comedor - ¿Le has intentado hablar mirándolo a la cara?

- Hmm - Sobrepensaste mientras terminabas de masticar lo que tenías en la boca- , es... tranquilo. Y no, no le hablo mirándolo a la cara directamente. 

Lo último que dijiste era mentira, sí que le habías hablado mirándolo a la cara un par de veces, una vez cuando se levantó al baño y te sentiste en confianza para desearle una linda noche; A él no le interesaba mucho el relacionarse pero tenía valores.

- ¿Tanquilo? - Lanzó tu amiga tratando de aguantar una carcajada - No sé cómo haces para no cagarte de miedo cada vez que lo ves. Yo no podría ni pegar el ojo en toda la noche si tuviera que dormir en la misma habitación que ese mounstro.

Tu otra amiga asintió dándole la razón.

- ¿Han visto como se pone a pelear en la calle? - Preguntó a modo general - Es como un jodido terminator, ni si quiera duda un momento antes de lanzar el primer golpe, dicen que es el que más muertos tiene encima en todo el internado. Digo, entiendo que somos alumnas y alumnos de universidad y que ninguno trabaja, pero...

- Buen, a mí me parece que se ve bastante cool en batalla - La interrumpiste - , al principio me sentía un poco intimidada, no les voy a mentir - hiciste una pasusa - , pero ahora que he pasado un buen tiempo con él, me parece un tipo bastante agradable, la verdad. - Los chicos se veían un poco sorprendidos al oírte decir eso - Y ya me gustaría tener esa precisión de golpe en peleas... Seguro que a ti también, envidiosita. 

Sonreíste burlonamente.

- ¡Ja! - Exclamó la otra burlándose también - Es que no le atinas ni a un cuervo muerto.

De repente sentiste una mirada clavada en la espalda, toda tú píel se erizó por un momento, y tuviste que verte en la obligación de girar la cabeza para ver de dónde provenia dicha sensación. Era Gunwoo, mirándote fijamente desde el otro lado del comedor. Instantáneamente miraste en otra dirección nerviosamente. 

- Uyyyy - Susurró una de tus compañeras frente a ti, que parecían haberse dado cuenta también de aquella mirada del alto - Parece que nos tira navajas con los ojos, que miedo, ¿creea que se haya dado cuenta de que estabámos hablando de él?

Tragaste saliva; te regañaste a ti misma por haber hablado en voz alta tan descuidadamente, no habías dicho nada malo, pero si no había oído la conversación completa quizás y hasta se escuchaba como si se estuvieran burlando de él.

Ten sentiste incómoda y pensaste si debías ir a explicarle en la noche sobre lo que habían estado conversando para que no se diera algún malentendido, pero abandonaste la idea inmediatamente al darte cuenta de que ni siquiera estabas segura de que en verdad las había escuchado. Además, ni siquiera habían intercambiado más de cuatro oraciones en el tiempo que llevaban juntos compartiendo habitación.

Era un hombre de muy pocas palabras, se la pasaba la mayor parte del tiempo leyendo libros de música, canto (De algunos no tenías idea ya que estaban en coreano) o simplemente durmiendo, y te diste cuenta que abordar un tema así de repente sería un poco bastante raro.

Suspiraste.

[Gunwoo × t/n]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora