-Intimidar/Amenazar-

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Aquino a pesar de ser tratado como un objeto si valor por la persona que más amaba, simplemente no podía alejarse o poner un alto. El castaño amaba con todo su ser al chico con abrigo de paloma.

A pesar de que Duxo lo ve solo como un objeto de colección, Aquino lo ve como alguien a quien darle todo de sí mismo. Él estaba cegado por el amor que le tenía al de ojos morados.

Y eso le iba a costar muy caro.

Aquino se encontraba preparando el desayuno, después de la pelea, la noche anterior se quedó pensando seriamente sobre su relación con el azabache. No quería alejarse de Mictia, era como una hermana para el, eran tan unidos que simplemente no podía imaginarse una vida donde ella no esté presente.

En cambio Soaring era su mejor amigo, el chico de abrigo amarillo era alguien con el cual podía hablar de sus problemas sin preocuparse, Soaring era especial, era alguien en el cual podía confiar sin ser traicionado y no quería estar lejos de ninguno de los dos.

No quiso darle más vueltas al asunto y terminó de hacer la comida, se la sirvió en un plato y comenzó a comer, esta vez no hizo un desayuno dulce, si no uno simple, sabía que a Duxo no le gustaría verlo engordar y haría todo lo necesario para evitarlo, incluso si eso significará no volver a comer.

Se fue directo hacia la habitación y después de unos minutos salió vestido, tendría que ir a la universidad después de haber faltado tres días seguidos, así que tomo su mochila y salió rápidamente del departamento, no quería llegar tarde a su primera clase.

Al llegar se encontró con sus amigos, Soaring una rata amarilla, Natalan una copia de sans y Mictia su hermanita, los saludó alegremente y los contrarios devolvieron el saludo. 

La verdad Natalan solo se juntaba con ellos por Soaring, esos dos estaban tan enamorados que no se despegaban, parecían chicles, estaban pegados todo el tiempo. Aquino veía enternecido aunque con un deje de tristeza como ambos se trataban de una forma tan dulce, como si tan solo llevaran dos semanas de relación cuando en realidad ya eran más de seis años años.

Pasaron las horas y por fin el día había acabado, el tiempo pasa rápido y más si estás estresado o viajando entre tus pensamientos.

Fue un día cansado gracias a las tareas difíciles que les encargaron, pero al menos pudo pasar tiempo con sus amigos que hace días no veía. Esa misma tarde, Mictia se ofreció a llevarlos a sus casas, después de todo, ella es la única que tiene auto de los cuatro.

Aquino fue el último ya que era quien más lejos vivía. Mictia al llegar al departamento de Duxo se estacionó y espero un momento a que Aquino guardara todo en su mochila.

-Aquisi...- Hablo la castaña quien tenía la cabeza gacha y el castaño se preocupó.- Aquino quería preguntarte algo, es muy importante que seas sincero.- La chica empezaba a hablar con voz entre cortada y Aquino ladeó la cabeza. -¿Soy bonita? El chico del que te había dicho en el café...me rechazó después de salir juntos un par de veces, me dijo que no le llamaba suficientemente la atención y que le gustaba otra chica...me dijo que no le parecía lo suficiente, que no tenía la belleza suficiente...- comenzó a sollozar, cubriendo su rostro con vergüenza.

-Es una pregunta tonta, claro que eres bonita, ese idiota se perdió la mejor oportunidad del mundo de poder estar con alguien increíble como tu.- La abrazó con cariño, consolándola dandole leves caricias en su largo cabello.-Todavía no encuentras a la persona indicada, solo tienes que esperar y vas a encontrar a esa persona especial.- le dijo con calma, trazando pequeños círculos en el cabello de su mejor amiga, de su hermana.

-Gracias Aquino... y perdón por molestarte...- El mencionado negó con la cabeza dándole a entender que no se disculpara, le dio un último abrazo a su amiga y se despidió. Ya era tarde puesto que a Soaring propuso ir a una tienda para comprar ropa, su amigo aveces parecía más gay que él, o mejor dicho, parecía femboy.

Entro a su departamento y lo primero que vio fue a Duxo sentado en el sofá viendo la televisión, entró y cerró la puerta tras de él, el azabache volteó de inmediato y lo miro con el ceño fruncido.

-¡Aquino, vaya hora de llegar!- Hablo fuerte el ojilila mientras se dirigía lentamente hacia el castaño quien retrocedía por puro instinto.- ¿Te fuiste de nuevo con la zorra de la cafetería? ¿O con el idiota maricon? ¿Crees que no me doy cuenta? ¡Eres un regalado Aquino!- Gritaba enojado mientras se acercaba más y más rápido haciendo que Aquino topara con la pared del pasillo.

-Ella es mi mejor amiga, es como mi hermana ¡Entiende Duxo que no me alejare de ella ni de Soaring!- El castaño sintió como lo sacudían de la sudadera. -¡Ya suéltame maldita sea!- Exigió el ojimiel  y empujó con todas sus fuerzas al azabache quien lo soltó.

-Escúchame bien Aquino...- El pelinegro tenía una mano en la cintura del castaño.-Yo te vuelvo a ver o vuelvo a saber que estás con ella o con el otro y te irá mal a ti y a los otros dos, ¿Escuchaste?- El de cabello castaño se quedo estático, ¿Como una relación tan bonita había terminado en esto? El Duxo que conoció ya no existía.-¿Escuchaste?..- Aquino trago duro, preocupado por la seguridad de sus amigos, no le quedó de otra más que aceptar.

-Si, si escuche Duxo...- El castaño vio como el pelinegro sonrió y después sintió los brazos de este rodearlo.

Tenía miedo de lo que le pasaría a él y a sus amigos. Lo mejor sería explicarles la situación a ambos para evitar problemas.

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-963 palabras 

Violentometro | Anti-Duxino (reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora