capítulo 21

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Jimin estaba frustrado. Su barriguita cada vez estaba más grande, o al menos para él lo estaba. Se sentía horrible y gordo, cada vez que intentaba ponerse algo, todo le apretaba tanto. Y lo peor era que nadie le entendía. Jungkook, la señora Jeon y Taehyung le aseguraban que se veía muy bien. ¡Mentirosos todos!

— Voy a llorar —advirtió con frustración.

— Iremos a comprar ropa si eso quieres.

—No quiero caminar, me duelen los pies—chilló—¡No quiero nada!

Jungkook rodó los ojos con diversión y se levantó para dirigirse a su armario. Tomó una camisa suya y se la entregó al omega que estaba haciendo coraje.

— Póntela, no uses nada abajo — volvió a sentarse sin dejar de mirarlo.

— Estas loco si piensas que voy a ponerme algo tuyo—frunció el ceño —Prefiero estar incómodo.

— Como quieras -se encogió de hombros—Iré a la cocina. ¿Se te antoja algo?

Desde que supo que era su destinado, Jungkook ya no se molestaba en pelear con él. Simplemente evitaba discutir, le daba su espacio o le complacía en lo que pudiese.

—Quiero un pastelito — pidió sin mirarlo — De chocolate... y una bebida de fresa.

—¿Por?

— Porque tu hijo lo quiere —respondió con mal humor —Ya, apúrate a traerlo, idiota.

—No te traeré nada —estaba dispuesto a irse, pero Jimin le detuvo rápidamente.

 —Por favor, alfa idiota — dijo haciendo que Jeon soltara una risita y se marchase de la habitación para dirigirse a la cocina en busca de su postre.

Mientras tanto, Jimin tomó la camisa negra del pelinegro entre sus manos y la extendió para mirar el estampado; era de un conejito tierno. —¿Por qué diablos tiene algo así? —se preguntó a sí mismo.

Discretamente llevó la prenda a su nariz para olfatear el aroma del alfa. Le encantaba, le hacía sentir protegido y feliz.

Se quitó la ropa que le apretaba tanto y se la puso, al instante sintió un alivio. Tal como Jungkook le dijo, se quedó simplemente en ropa interior y se fue a mirar al espejo para darse cuenta que se veía muy adorable.

—Veo que decidiste ponértelo —habló el alfa sacándole de sus pensamientos.

—Ni creas que lo hice por que me dijiste —se cruzó de brazos — Es sólo que esta cómoda. Dame mi pastelito.

Aunque Jimin se comportará de esa manera grosera, por dentro se sentía cada vez más cómodo de estar ahí. Pensaba en sus padres, en volver con ellos y lejos de ser algo que le causara felicidad, le hacía sentir desesperado. Ellos ya no eran su hogar, por mucho que odiara admitirlo, su hogar estaba con Jungkook.

—Aquí tienes — le entregó su malteada y el pequeño pastel de chocolate. Jimin se sentó en el borde de la cama para comenzar a comer de prisa, tenía demasiado antojo por eso.

Culpaba al bebé que tenía dentro.

Jungkook no pudo evitar mirarlo mientras comía, le parecía tierno cuando lo hacía. Y más en esos momentos porque traía la comisura de los labios manchada por el merengue.

—¿Qué tanto me ves? —lo miró con los ojos entrecerrados.

— Nada, nada.

—Deja de reírte, imbécil. ¿Acaso soy un maldito payaso?

Jungkook volvió a reír y se acercó tanto al omega que le hizo retroceder con cierta desconfianza. Sus miradas se conectaron haciendo que el lobo interior de Jimin se sintiera extraño, con ganas de besar al Alfa que tenía enfrente suyo.

—¿Qué... qué haces? — preguntó al ver que Jeon le tomaba del mentón. Cerró sus ojos creyendo que iba a besarle, pero eso no sucedió.

— Estabas manchado — le avisó al mismo tiempo que se apartaba de él. Jimin tenía su corazón latiendo con rapidez debido a su cercanía, pero se sentía tan imbécil por haber cerrado los ojos creyendo que le besaría. Joder, qué estúpido de su parte.

No necesito que me limpies.

—¿Necesitas que te bese? — bromeó provocando que las mejillas del peli-rosa se ruborizarán.

— Ya quisieras — dejó el postre a medio comer y el vaso de cristal en la mesita de enfrente.

— Cerraste los ojos creyendo que lo haría — arqueó una ceja —Si quieres que te bese, sólo tienes que pedirlo.

—Estás loco —golpeó su hombro —Nadie quiere un beso tuyo, vete de aquí. ¿Qué no trabajas hoy?

— Es mi día de descanso. Pero si no quieres verme aquí, puedo irme — se levantó fingiendo que se iría pero Jimin le detuvo sin pensarlo.

— No te vayas.

Odiaba sentirse así, pero sentía la necesidad de tener al alfa cerca suyo. Aún no sabía que eran destinados, por lo cuál no entendía porque le sucedía eso; necesitar el calor de Jungkook  cerca.

Y no es que, aquel no le pensará decir, pero prefería no decirlo aún.

— Tranquilo, no me iré—se sentó a su lado de nuevo —Quiero pasarla junto a mi bebé.

Se agachó para quedar frente a la barriguita de Jimin y alzó la camisa dejando ver su linda ropa interior.

—¡Oye, pervertido! —se quejó apartando sus manos.

— Sólo quiero hablarle — se acercó a su pancita hinchada para acariciarla con suavidad y dejarle uno que otro besito — Papá está aquí, bebé.

Parecía que le había escuchado porque por primera vez se movió. Jimin se sintió raro al sentirlo, pero le fue imposible emocionarse. Es decir, realmente había una vida dentro de sí y eso era tan tierno.

—Se movió, ¿verdad? — le preguntó al omega asegurándose de que era cierto.

—Sí asintió con una sonrisa.

—Bebé, ¿me estás escuchando? — habló en un tono infantil —Aquí esta mami y papi contigo.

—No seas tan cursi.

—Shhh, no escuches a mamá —le miró con recelo —Es un omega muy necio, no sabe lo que dice.

Jimin soltó una risita y se dedicó a mirar cómo el pelinegro le hablaba al bebé, mientras éste de vez en cuando se movía. Decir que no era una escena realmente hermosa sería una gran mentira, porque si lo era. Entonces se preguntó, ¿realmente podrían ser una familia?,¿Valía la pena dejar de ser tan frío y abrir su corazón para comenzar amarlos a los dos?.

*。baby on the way *。kookmin ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora