VI

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literature's teacher : O6.

jungkook aclaró su garganta y acomodó su cabello cuando vio aquella cabellera castaña aparecer por la puerta de la cafetería

era sábado por la mañana, quedaban cuatro días y su año escolar se terminaba.

—¿esperaste mucho?—. preguntó el castaño sentándose frente a él con sonrisa tímida.

—claro que no, llegué apenas hace unos minutos, no te preocupes—. le dijo sonriendo.

—eso es bueno—. taehyung le sonrió pero no pasó por alto sus rojizos ojos —perdón si te estoy quitando tiempo de descanso—.

—oh no, hoy tenía cosas que hacer cerca de aquí así que fue matar dos pájaros de un tiro, ¿tú estás bien?—. preguntó suavemente.

taehyung lo dudó pero terminó asintiendo con aquella característica sonrisa.

—lo estoy, terminé de hacer todo mi trabajo de la semana y debo planificar más exámenes—. se quejó suavemente.

—es mucho trabajo—. murmuró —quizá se me esté quitando el gusto por la pedagogía—.

—¡oh no!—. taehyung tomó postura y negó, jungkook le miró divertido —claramente la pedagogía es lo mejor—. asintió.

sus labios presionados tratando de no sonreír por aquella mentira y uno de sus ojos guiñando hacia jungkook.

el azabache estaba en el cielo.

—eres muy convincente—. le dijo riendo y taehyung le acompañó en las risas.

ambos bebieron un café helado y una rebanada de cheesecake.

otro gusto en común.

.

los últimos cuatro días pasaron volando dándole la bienvenida a su último día de clases donde jungkook se sentía decidido.

confesaría sus sentimientos sin importar las consecuencias.

tenía una pequeña caja con dibujos que alguna vez hizo de taehyung, una carta y aquella libreta.

no se sentía con el derecho de conservarla.

—¡amigo mío!—. baekhyun llegó a su lado abrazando sus hombros, yoongi le abrazó por la cadera y mingyu se paró frente a él mirando la caja en sus manos.

—¿es para el profesor kim?—. preguntó el pelinegro y asintió sin dudarlo —debiste terminar todo con hyunah antes de hacer algo así—. le reclamó.

—lo sé pero, se me fue el tiempo—. murmuró, su corazón palpitaba en su garganta y sus ojos ardían por la emoción.

era su último día allí y con ello se despidía de taehyung.

hubiera deseado que aquel mes pudiera continuar.

—¡es tiempo, en una fila!—. habló su profesor en jefe a las espaldas de todos.

—profe, ¿podría guardar esto en la sala?—. le preguntó y el adulto asintió apurandole porque debían ingresar a la ceremonia.

jungkook corrió hasta su salón y dejó la caja sobre su mesa, luego volvió al gimnasio donde se formó para ingresar.

todos vestían formales con el uniforme, se notaban los nervios y el sentimiento en el aire.

la ceremonia duró hasta más de medio día y jungkook tenía pequeñas lágrimas en sus ojos, por más que odiara ir al liceo, el sentimiento de dejar atrás aquello era fuerte.

y subir a buscar algunos premios bajo la mirada orgullosa de taehyung le hizo querer llorar porque sería la última vez que le vería orgulloso de él.

luego todos salieron, algunos a dar una vuelta y jungkook volvió a su sala en busca de la caja, al encontrarla bajó buscando la castaña cabellera de su mayor.

lo encontró observando a todos en un pasillo, se acercó a paso tranquilo mientras su corazón subía por su garganta.

si no lloró en la ceremonia, se largaría a llorar allí mismo.

taehyung le miró al notar su presencia y una sonrisa se extendió por sus labios, sus pies se dirigieron a él y dejó de cruzar sus brazos sobre su pecho.

—miren quien es—. taehyung le sonreía con orgullo, sus ojos estaban enrojecidos y quería creer que era la emoción del momento —el señorito jeon jungkook, recibidor del premio de mejor compañero, mejor asistencia, modales y cortesía y primer lugar del curso, también mejor lugar entre los cuatro cuartos medios—.

el azabache soltó una risa que se pudo confundir con un sollozo fácilmente, taehyung terminó por acortar aquella distancia entre ambos para abrazarle.

jungkook hundió su rostro en el hombro de su profesor inhalando aquel suave aroma de lavanda, sus brazos rodearon dudosos el torso de su mayor mientras sus ojos lagrimeaban.

—es un orgullo haberte ayudado con tus notas, jungkook—. le susurró mientras acariciaba su espalda.

—fue un placer poder llamarte mi profesor por un mes—. le dijo sonriendo cuando se separaron y ambos pares de ojos llorosos se juntaron.

—pero nos veremos nuevamente, siempre podemos ir a tomar un café—. le dijo y el azabache asintió, mintiendo.

—uhm, tengo esto—. murmuró jungkook antes de extender la caja a taehyung —es para ti, ábrela en tu casa con calma—.

el castaño aceptó la caja.

—yo también tenía algo para ti—. le dijo buscando en su bolsillo, de allí sacó una bolsita de tela pequeña que adentro tenía una cadena delgada con un piedra preciosa anaranjada.

jungkook la tomó, su pecho llenándose y la risita nerviosa escapando de sus labios, sorbio su nariz y secó sus mejillas.

—es precioso—. susurró antes de sonreírle nuevamente a taehyung.

taehyung pudo afirmar que jungkook lucía bien con su nariz y ojos rojos por el llanto.

—es un zafiro estrella—. le dijo viendo como jungkook sacaba el bonito collar —es naranjo porque recuerdo que tu flor de nacimiento es naranja—.

jungkook alzó su vista a taehyung, quería llorar de lo precioso y detallista que taehyung era.

¿cómo no estar enamorado?

koocinnamon.

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