Cuatro

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El tiempo pasaba como avecillas en el cielo, la luna saludaba desde lo más alto de la montaña y era abrazada por el sol. Mientras cada nuevo despertar llegaba, el cazador Chanyeol  perdía más su voluntad por escapar, por luchar o siquiera por alejarse del demonio Kyungsoo . Era agradable estar cerca de él, y sabía que nadie le buscaría pues muy seguramente los del clan de la luna pensaban que el demonio lo había devorado.

A Kyungsoo  le agradaba la compañía de Chanyeol , era un hombre cálido que sabía mucho del mundo exterior y que hablaba recatadamente sobre temas realmente interesantes. Lo que más le gustaba al demonio era acostarse en el prado seco junto al humano y verlo descansar, y lo que menos le gustaba era pensar en la separación, no eran amigos, no eran pareja, solo dos entes distintos que disfrutaban de la compañía serena del otro.

Chanyeol  era distinto, lo podía oler, pero no quería romper esa ligera barrera que el alto había construido. ¿Y si al hacerlo no había vuelta atrás?

—¿Puedes ayudarme a peinar mi cabello? —, pidió Kyungsoo  aún con la mente dispersa en el secreto de Chanyeol . El cazador asintió, tomó un peine hecho de coral con puntas de cristal fundido.

Con cuidado de no lastimar el cuero cabelludo del demonio empezó a desenredar su cabello, Chanyeol  no se dio cuenta de su sonrisa hasta que noto su reflejo en el agua. Miró fijamente el cuello pálido de Kyungsoo  y recordando el dulce sabor de su sangre se acercó.

Si había una cosa que Kyungsoo  odiaba de los humanos era esa curiosidad absurda que poseían, pero cuando la larga, húmeda y tibia lengua de Chanyeol  se paseó desde su hombro hasta su oreja realmente agradeció a los infiernos ese mal dado a los humanos.

El largo y profundo suspiró de Kyungsoo  fue perceptible ante los oídos de Chanyeol  como un gemido, su miembro reaccionó de inmediato. No podía detenerse, la piel de Kyungsoo  eran como los caramelos que robaba de niño a los forasteros que se refugiaban en la guarida del clan de luna. Mordió un poco, solo para apreciar la marca roja que quedaba en el demonio.

Su amplia mano soltó el peine y atrajo por la cadera a Kyungsoo , sus dedos se pasearon desde el abdomen marcado a los pezones rosados del demonio. Lo hacía sin experiencia previa como hombre, pero si pensando que el sensual cuerpo del pelirrojo era la valiosa arma que se destruyó en su enfrentamiento.

—C-Chanyeol ... — emitió con voz quebrada y gruesa, cerró sus ojos antes de llevar su mano hacia atrás y acariciar el cabello de Chanyeol  —. Humano, obsceno... ¿cómo te atreves a concentrar tus deseos carnales en mí?

—Tu boca emana quejidos cuando realmente quieres emitir gemidos de placer, si lees mi mente entonces has de saber hace mucho que tu cuerpo me atrae.

—¿Solo mi cuerpo?

Chanyeol  sonrío, lentamente se separó del cuerpo del demonio para tomar su mano e invitarlo a abandonar las rocas filosas en la orilla de la corriente de agua. Kyungsoo  sentía sus mejillas rojas, el cazador tenía algo que le hacía arder. Podría ser su delicioso aroma a flores, o era su propio deseo de sentirse amado lo que le volvía así.

Sus pasos eran acelerados, los dos se perdieron entre la cabaña fabricada por el demonio. Chanyeol  empujo con suavidad a Kyungsoo  en la cama de flores, quedando sobre su cuerpo para atacar su cuello. Justo en su oreja iba a responder la pregunta hecha por Kyungsoo , pero cuando su erección se rozó con la del demonio su raciocinio se perdió.

"Tal vez..."

Clan del sol || ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora