Pov Kilyan
Allá a lo lejos la veía, como siempre. En la misma banca, a la misma hora todos los días
Su cabello tapaba la mitad de su cara y aún así podía ver parte de sus labios.
Desearía poder probarlos algún día, tocar sus mejillas, contornear sus cejas y tantas cosas. Reese Beckham dieciséis años, un curso más abajo que el mío y mi amor platónico desde los once años.
Ya la conocía, y sabía todo de ella puesto que vivía al frente de mi casa.
Recuerdo aún la primera vez que la vi, una niña tan hermosa, ojos café, piel morena, cabello abundante , largo y ondulado.
Desearía poder decirle todo lo que siento cada vez que la veo, pero me es imposible, las palabras se atascan en mi garganta y ni hablar de los nervios.
¡Dios! Es como una diosa a la que no puedo alcanzar
Me quedé viéndola por largo tiempo hasta que finalmente toco el timbre para irnos a casa.
-Deja de botar la baba. Acércate-
-Vete al carajo, jhos- le doy una mirada hasta que la veo perderse
El camino a casa es silencioso, pierdo la mirada en la calle, camino por inercia.
Desearía que de alguna manera ella pudiese notar que existo, que estoy aquí, que la quiero. Supongo que cada uno está roto de alguna forma pero hasta para eso soy masoquista, porque podría ser cualquier cosa, pero mi herida será ella hasta que mire a su costado y me vea.
Porque estamos caminando a ciegas...
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SAUDADE
RomanceTuve tanto miedo que el espacio entre la pena y la felicidad pareció acortarse.