La alexitimia se conoce como la incapacidad de identificar, reconocer, nombrar o describir las emociones o los sentimientos propios, con especial dificultad para hallar palabras para describirlos.
Muchos lo describen como un sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común; para otros es un concepto universal relativo a la afinidad o armonía entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista. Pero lo único seguro para mí es que no puedo sentirlo y quizás nunca sepa lo que es.
La historia comienza con mi padre quien desde su niñez fue tachado como anormal, un niño que no se sonríe, no llora, no siente. Si ese era mi padre, aunque al principio todos pensaban que era su rebeldía juvenil, con el paso de los años tras dejar su pequeño pueblo y realizarse muchas pruebas mi madre logro descubrir que era algo más que un problema de rebeldía.
Mi madre, una psiquiatra reconocida a nivel mundial, encontró su nuevo reto en mi padre, quien fue su paciente más famoso y el único que se prestó para sus investigaciones. Con el paso del tiempo no solo aumento la fama de mi madre, sino también el cariño de ambos, si cariño, mi padre, el hombre que no sabía que era un sentimiento, comenzó a actuar cariñoso con una persona hasta el punto de no querer separarse de ella. Sin embargo, esta hermosa historia tiene un triste final y es el de un hombre tas rejas por su obsesión, un hombre que tiene los días contados debido a los fuertes medicamentos que debe tomar a diario y una mujer que poco a poco se hunde en sus libros e investigaciones para olvidar su gran amor fallido.
Pero no olvidemos al pequeño niño que fue olvidado una vez que el huracán inicio, aquel niño que está destinado a repetir la historia de su padre ¿O no? Quizás el destino le tiene preparada una jugada un poco especial para él.
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