The Last Night

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Dedicado a mi amiguita Andreita que me ayudo a corregir la ortografía de mis obras, realizó la hermosa portada. Te quiero mucho amiga, xoxo.

 Te quiero mucho amiga, xoxo

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Londres, 1941.

Tras el magnífico espectáculo del mágico Mr. Fell en el West End (el cual fue todo un éxito, por supuesto) Aziraphale y Crowley se dirigieron al camerino del primero. Aziraphale estaba eufórico y Crowley estaba feliz por él.

En el camerino, Aziraphale jugaba con una bufanda con plumas, su maquillaje seguía intacto y se veía radiante.

No obstante, su felicidad se vio interrumpida por FurFur, el demonio que había estado espiándolos esa noche y que ahora se paraba frente a ellos con arrogancia, de forma burlesca.

—Vaya, vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí? —dijo el ajeno al momento de entrar en el camerino, frente a ambos seres.

—¿Nos conocemos? —preguntó el demonio.

—¿Qué si nos conocemos? Éramos de la misma legión, peleé a tu lado en la gran guerra, ¡Saltabas sobre mi espalda!

—Recuerdo que fui a una gran guerra, pero no que estuvieras ahí —mencionó Crowley.

—¿Qué? ¿Cómo?

A decir verdad, FurFur estaba algo dolido, no era una mentira que había admirado a Crowley por muchos siglos, y que había hecho una infinidad de cosas para su reconocimiento (tampoco es como si fuese a decirlo)

—Bueno, lo que hiciste o no, ya no importa... Vengo a informarte como representante de los altos poderes del infierno, que tú, Crowley, estás rompiendo el código infernal al colaborar con un ángel —expresó mientras sacaba un pequeño libro y lo abría—, Fell el maravilloso, alías... Azirpalala... Azirapapap... Aziraphalala.

—Aziraphale —corrigió el ángel con un tono grave de voz, más grave de lo que solía ser.

Mil pensamientos impuros se pasearon por la mente de Crowley al escuchar eso. Un leve rojo se tiñó en sus mejillas y le rogó a Satán mantener la compostura.

—Pura coincidencia, yo estaba ahí y pidió un voluntario. —trató de justificarse Crowley.

—El milagroso truco de "atrapar la bala", requiere el uso de alguien en quien confíes —dijo FurFur mientras sacaba el manual de magia y se los enseñaba.

Aziraphale parecía sorprendido y enojado al mismo tiempo, no por la situación, sino porque el demonio tenía el manual, por favor, ese manual solo podían tenerlo magos profesionales (cómo él).

El estruendoso ruido de los muertos caminantes se hizo presente en el camerino.

Sin duda, la escena era absurda. Los muertos vivientes habían confesado que ellos los estaban siguiendo, y que llevaron a FurFur a ellos. Por venganza, obviamente.

The Last Night [Innefable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora