Después de los intensos minutos de liberación y enfado que experimentó el joven, finalmente pudo liberar una gran parte de las palabras que había guardado en su interior para su progenitora. Ese último golpe, con el cual se despidió, simbolizó el corte definitivo de la cuerda que lo unía a su madre. En ese momento, cualquier posibilidad de reconciliación se desvaneció por completo. El drama que había provocado frente a su padre fallecido lo había colmado de ira, y las lágrimas que rodaron por sus mejillas ya habían secado, dejando una huella salina en su piel, un testimonio visual de su conflicto interior.
Toda la noche, Tn reflexionó sobre esta situación. La cena con su tía transcurrió en un silencio más pesado de lo habitual. La comida apenas tocada y el agua que acompañaba la cena se mantuvo intacto en los vasos. Una vez terminada, Tn asumió la responsabilidad de limpiar la cocina, recogiendo los platos con gestos mecánicos. Luego, se retiró a su habitación, dejando a su portátil sonar en un volumen bajo mientras se quedaba mirando fijamente las luces intermitentes de su habitación que lo ayudaban a dormir.
Pasaron varias horas antes de que finalmente pudiera conciliar el sueño. Sin embargo, este no le proporcionó la tranquilidad que ansiaba. Su cuerpo se agitaba ocasionalmente, como si una tormenta interna lo sacudiera en medio de la noche. Sus pensamientos continuaban atormentándolo incluso mientras su cuerpo descansaba, y una constante sensación de impotencia lo invadía en sus pesadillas. Revivió una y otra vez momentos en los que pudo haber actuado de manera diferente, lamentando acciones pasadas y personas a las que, sin intención, había alejado de su vida.
Mientras todo esto ocurría, el sol ya había salido y eran las 10 de la mañana. La puerta de su departamento recibió unos golpes insistentes. Emma, quien estaba escribiendo un artículo sobre la psicología del perdón en el ámbito familiar, dejó su taza de café junto a su portátil para verificar quién estaba detrás de la puerta.
Después de desbloquear las cerraduras, abrió la puerta y una joven de rasgos asiáticos con el cabello corto le sonrió.
Ambas se saludaron con un cálido abrazo, y Emma invitó a la visitante a entrar, ofreciéndole una taza de café mientras esperaba en el sofá de la sala. Emma notó que el rostro de Kaitlyn mostraba preocupación y simpatía, y al mismo tiempo, Tn le había hablado mucho de su amiga y le había mencionado cuánto valoraba su apoyo.
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𝙻𝚊 𝙼𝚊𝚕𝚍𝚒𝚌𝚒ó𝚗 𝚍𝚎 𝚃𝚑𝚎 𝚀𝚞𝚊𝚛𝚛𝚢:𝙃𝙤𝙧𝙧𝙤𝙧 𝙏𝙞𝙢𝙚𝙡𝙞𝙣𝙚
Fanfiction𝔼𝕟 "𝕃𝕒 𝕄𝕒𝕝𝕕𝕚𝕔𝕚ó𝕟 𝕕𝕖 𝕋𝕙𝕖 ℚ𝕦𝕒𝕣𝕣𝕪: ℍ𝕠𝕣𝕣𝕠𝕣 𝕋𝕚𝕞𝕖𝕝𝕚𝕟𝕖," 𝕋𝕟, 𝕦𝕟 𝕛𝕠𝕧𝕖𝕟 𝕧𝕒𝕝𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖, 𝕒𝕤𝕚𝕤𝕥𝕖 𝕒 𝕦𝕟 𝕔𝕒𝕞𝕡𝕒𝕞𝕖𝕟𝕥𝕠 𝕕𝕖 𝕧𝕖𝕣𝕒𝕟𝕠 𝕖𝕟 𝕓𝕦𝕤𝕔𝕒 𝕕𝕖 𝕤𝕦 𝕒𝕝𝕞𝕒 𝕘𝕖𝕞𝕖𝕝𝕒, 𝔸𝕓𝕚𝕘𝕒𝕚𝕝...