Durante la noche, varios ruidos extraños se escuchan dentro del Instituto, cosas cayéndose, escritorios siendo arrastrados rayando el piso, y un silbido poco melancólico se escucha por el pasillo, especialmente en el sector de primero.
Varios suceso...
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El sonido de una alarma no dejaba de sonar desde hace una hora dentro de aquella habitación.
Cheong-san se removió entre sus sábanas y como pudo apagó la alarma del reloj que estaba en aquella mesita de noche, con pereza se levantó de la cama bostezando, su cabello estaba alborotado y sentía el interior de su boca reseca, quizás por haber dormido con la boca abierta toda la madrugada.
Con los ojos cerrados empezó a caminar con pereza hacia el baño de su habitación, de acercó al lavamanos agarrando su cepillo de dientes y el recipiente de pasta dental, esparció un poco del líquido espeso sobre su cepillo y empezó a frotarlo contra sus dientes, todo esto aún adormitado.
Y así empezó con su rutina cotidiana.
Después de lavar los dientes y verificar que estaban limpios, se acercó a la ducha que se encontraba a unos cuantos pasos de ahí, se quitó la ropa depositandola en el cesto de roba sucia y se adentró a la ducha, tomó la llave de agua y la abrió poco a poco, mientras sentía como el agua caliente empezaba a caer sobre su espalda.
Se empezó a bañar con tranquilidad, al acabar cerró la llave y salió de la ducha con una toalla en la cintura, salió de la habitación y se acercó a su armario para sacar su uniforme y colocarselo.
Se colocó delante del espejo de cuerpo que tenía en su habitación, tomó su peine para empezar a arreglar su cabello. Al ver que ya estaba listo tomó su mochila que estaba encima del escritorio, verificó si tenía todo lo que necesitaría para ese día y salió de su habitación.
Bajó por los escalones y caminó hacia la cocina donde sabía que probablemente se encontraría su mamá, asomó un poco su cabeza para confirmar su sospecha, y si, ahí se encontraba su mamá preparando el desayuno.
-Buenos días mamá -saludó acercándose a ella abrazandola por atrás ya que se encontraba de espaldas.
-Buenos días hijo - sonrió al sentir un casto beso sobre su mejilla -ve a sentarte, la comida está lista.
El menor asintió y se dirigió al comedor que se encontraba cerca de la cocina, se sentó en una de las sillas y dejó su mochila en el suelo. Después de unos segundos apareció su mamá con un plato com comida y un vaso con jugo de naranja, los colocó enfrente de él.
-Gracias mamá.
-De nada Cheong-san, ahora come hijo, antes de que se te haga tarde para ir al colegio - el menor asintió acató la orden de su mamá empezando a comer.
Al acabar dio las gracias y se levantó tomando su plato y su vaso dejándolos en el fregaredo de la cocina.
-Ya debo irme, ¡nos vemos más tarde! - avisó tomando su mochila del suelo, se acercó a su mamá y se despidió con un beso en la mejilla.
- ¡Ten cuidado cariño!- pidió, Cheong-san asintió y se dirigió hacia la puerta, giró la perilla y salió del departamento. Caminó hacia el departamento del a lado y tocó el timbre esperando a que On-jo saliera.