2 Lazos de entrenamiento

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Nuestros días de entrenamiento comenzaron con un nuevo amanecer. Tres años habían pasado desde que Eren, Armin y yo escapamos del horror de los titanes y nos unimos al Cuerpo de Entrenamiento. En ese tiempo, conocemos a un grupo diverso de jóvenes reclutas, algunos llenos de ambición y otros simplemente tratando de sobrevivir en este mundo cruel. Eren, con su tenacidad y determinación, se destacó desde el primer día, demostrando ser un recluta excepcional.

Nuestra amistad con Eren se mantuvo fuerte a lo largo de los años, siempre supimos que podíamos contar el uno con el otro. Armin, por su parte, continuó siendo el intelecto de nuestro grupo, su mente aguda y su habilidad para encontrar soluciones en los momentos más desesperados que nos sacaron de aprietos en más de una ocasión.

Fue durante esos tres años de entrenamiento que conocimos a muchos otros jóvenes de la Tropa 104. Entre ellos, se encontraba Jean, un joven apuesto pero con una actitud bastante arrogante. Nuestro encuentro fue casual, pero algo en su mirada desafiante me intrigó. Tuvimos un breve tono, donde sus encantos hicieron que mi corazón latiera un poco más rápido. Sin embargo, rápidamente me di cuenta de que mi corazón no le pertenecía, y decidí no profundizar en esa relación.

En cambio, encontré una amistad entrañable con Sasha, una chica con un apetito insaciable y una personalidad que podía iluminar incluso los días más oscuros. Su amor por la comida y su actitud desenfadada la hicieron un compañero de entrenamiento divertido y único. Sasha y yo compartimos muchas risas y secretos durante esos años de entrenamiento, y su amistad fue un ancla en medio de la incertidumbre que reinaba en nuestras vidas.

Junto con nuestros compañeros de la Tropa 104, pasamos por pruebas y tribulaciones innumerables. El entrenamiento intensivo nos preparó para enfrentar a los titanes, y con el tiempo, comenzamos a sentirnos más seguros de nuestras habilidades. La vida en el interior de los muros había sido reemplazada por una vida en el campo, donde la supervivencia era la prioridad, y el peligro estaba en todas partes.

A medida que crecíamos, nuestras amistades se fortalecieron. Eren, Armin, Sasha y yo formamos un equipo inseparable, apoyándonos mutuamente en todo momento. Cada día que pasaba, nos acercábamos más a nuestro objetivo final: unirnos a la Tropa de Exploración y descubrir los secretos detrás de los titanes. El mundo exterior, aunque aterrador, nos llamaba, y estábamos decididos a enfrentarlo juntos.

Nos encontramos en el campo de entrenamiento, listos para una nueva jornada de ejercicios y prácticas. El comandante había pedido a varios de nosotros que realizáramos un inventario de los suministros de la Tropa 104. Me encontraba frente a una pila de cajas, mirando con desesperación las listas de números que debía calcular.

—Vaya, Maty, parece que estás teniendo algunos problemas con eso —dijo Jean, apareciendo a mi lado con su típica actitud confiada.

Sus palabras me hicieron sonrojar de frustración. La verdad era que las matemáticas no eran mi fuerte, y el inventario se estaba convirtiendo en un auténtico desafío.

—Sí, parece que no soy muy buena en esto. No entiendo cómo hacer estos cálculos.

Jean sonriendo con suficiencia, como si estuviera disfrutando de mi dificultad.

—No te preocupes, Maty. Estoy seguro de que puedo ayudarte. La matemática es mi punto fuerte.

Lo miré con gratitud. A pesar de su actitud a veces exasperante, Jean estaba demostrando ser un buen compañero en ese momento. Juntos, nos sumergimos en las cifras, mientras él me explicaba pacientemente cómo realizar los cálculos y llevar un registro preciso.

En medio de nuestras conversaciones sobre sumas y restas, comenzamos a hablar de nuestros planes para el futuro. Jean expresó su deseo de unirse a la Tropa de Policía Militar, mientras que yo compartí mi determinación de unirme a la Tropa de Exploración junto a Eren, Armin y Sasha.

Doble juego- Levi Ackermann por lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora