Capitulo 20

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Van cuatro dias desde que estoy encerrada sola.
La rutina era la misma. Ruben me traia lo que pretendia ser el desayuno, almuerzo y cena, que al parecer siempre tenia que ser una botella de agua y pan.
He perdido peso. El pan lo he escondido en el baño del cuarto.
Oh, ¿No les comente del baño? Bueno, una puerta dentro de la habitacion llevaba a un baño que constaba de hinodoro y lava manos, y en una esquina se encontraba una pila de rollos de papel, por si se acababan, tenia de sobra.
Todos los dias tomaba agua, para que cuando Ruben entre, piense que habia comido algo y se lleve la botella.

Ya era la hora del almuerzo, creo. Es dificil saber la hora aqui dentro. No tengo ni siquiera una ventana, o un misero traga luz para saber si era de dia o de noche. Pero, era la segunda tanda de comida que me traia, desde que me desperte.

Me siento en el medio de la mesa de madera, cruzando mis piernas, y espero. El silencio cubria toda la habitacion.
Espere y espere. El quejido de mi estomago retumbo en todo el lugar. Shh dije, aunque muy inutil de mi parte hacer eso.

Escucho unos pasos acercandose hacia la habitacion.

Antes, me hubiera parado y le abriria la puerta, para hacer el intercambio de cosas.
Si, la puerta estaba abierta, todo el dia, ya que ambos sabiamos que salir corriendo por la puerta no estaba en mis planes. No luego de lo ocurrido con Samuel.
Pero, hoy no tenia fuerzas para moverme. Solo logre ir al baño, y de suerte que no me cai. Tenia fuertes mareos, sin mencionar el puto dolor de cabeza que tenia.

La puerta se habre de par a par. Ruben vestia lo tipico, jeans azules y un buzo negro, que era mas grande que el, con vans negras. En sus manos traia el pan y la botella de agua.
Pero, algo pasaba. No dejo las cosas y se largo. No. El se quedo ahi de pie en el marco de la puerta, mirandome fijamente con esos ojos verdes indesifrables.

Puedes dejar las cosas e irte por donde viniste- dije fria, y mire a otro lado.

¿Y por que no vienes tu a buscarlos hasta aqui?- volteo para verlo, con el ceño fruncido. Mi plan daba frutos.

¿Y si no quiero?- lo desafie.

Dime donde escondes los panes- dice y empieza a precionar fuerte el pan y la botella.

No se de que hablas- me cruzo de brazos.

¡¿Te piensas que soy idiota?!- tira bruscamente las cosas al suelo, haciendo que me sobresalte. Toma aire y suspira -Entonces..- sonrie -No te molestara que entre aqui- apunta al baño.

Era hora del show.

No, espera- me levanto de la mesa y voy corriendo hasta la puerta del baño, cubriendole el paso.

Quitate- mi vista se torna borrosa. El dolor de cabeza aumentaba.

N..no..- digo con las pocas fuerzas que tengo.

Quise mirarlo a la cara, pero no podia distinguirlo con claridad. Lo unico que si distingui fue su sonrisa de satisfaccion. Y fue lo ultimo que vi, antes de caer desmayada, en sus brazos.

El Asesino del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora