5: "En marcha"

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Una vez en casa, se pone feliz de ver a Franco. Para él es su tío porque, siempre lo llama así. Le presenta a su amiga Sarah (cuando en realidad son más que eso) y también se pone contento, pero es tímido cuando tiene que hablar con un desconocido, aunque es hasta que tome confianza.

A las 20:30 cenamos y también en compañía de Sarah porque, Franco la invitó a cenar y yo le pedí que se quede a dormir, así no nos sentimos tan solos. Al principio le dio vergüenza aceptar, pero Franco terminó convenciéndola.

Mientras estamos cenando enciendo el televisor y como de costumbre, siempre miramos un poco de noticiero y después algún programa de televisión o película. Justo está en el canal de las noticias de la ciudad. Hay una periodista hablando y detrás de ella se ve una casa incendiándose. Hay bomberos tratando de extinguir el fuego. Mientras habla a la cámara contando cómo se inicio el fuego, veo pasar de golpe a una persona que se abalanza sobre ella y la tira al suelo. El camarógrafo se pone a gritar de la desesperación: "¡¿Qué hace señora?! ¡¡Déjela!! ¡¿Está loca?!" Veo cómo la cámara impacta contra el suelo y de repente, se corta la transmisión. Agarro el control remoto y lo apago.

-¿Qué fue eso?- pregunta Franco sin entender.

-No sé- respondo impactada ante lo visto.

No puedo creerlo. ¿Acabo de ver lo mismo que me sucedió hoy? No, es imposible. Pero es cierto y tan real a la vez, ¿qué está pasando?

-¿Acabamos de ver una persona sien...

Habla Sarah también impactada, pero hace silencio al acordarse que hay un niño presente.

-¡Mami!- me grita Samuel levantándose a abrazarme y lo abrazo -. Tengo miedo. Quiero dormir con vos- me pide con los ojos húmedos.

-Tranquilo. No pasa nada. Solo es actuado no te asustes. ¿Sí?-.

-Sí- responde sin entender.

Miro a Franco que me observa fijamente y puedo notarlo preocupado. Llevo a Samu a lavarse los dientes y luego a la cama a dormir. Le leo un cuento para que olvide lo que vio en la televisión y me quedo a su lado hasta que se duerma. Una vez dormido, le doy un tierno y suave besito en la mejilla y me voy, dejándole encendida la luz del velador. Me dirijo a la cocina y solo veo a Franco. Le pregunto preocupada por su novia y me responde que se fue a su habitación muy asustada y por culpa de lo que acaba de ver no se anima a irse de casa. ¡Y sí obvio! Cualquiera estaría asustado.

-¿Está todo bien cerrado, no?-.

-Creo que sí. Pero vos no entraste tu camioneta- me recuerda y es verdad.

Pero no me animo a salir. ¡Ni loca! Además, es una simple camioneta.

-¿Qué, tenés miedo?- me pregunta sorprendido.

-Y sí obvio- le respondo molesta. ¿Cómo puede preguntarme eso?

-¿Qué clase de militar sos? Se supone que ustedes tienen que demostrar valentía- afirma siendo insensible y me ofende porque, también somos personas.

-Qué insensible-.

-¿Yo insensible?- habla haciéndose el ofendido.

-Sí. Además, si vamos al caso: ¿quién es el hombre de la casa? Vos- también lo justifico y le muestro una sonrisa burlona.

-Qué chistosa. Vamos a cerrar bien todo y después, nos vamos a dormir-.

-Sí, dale. Aunque dudo poder dormir-.

-Sí, yo igual-.

Cerramos bien todas las ventanas y puertas. Por último, entro la camioneta en el garage, mientras Franco vigila que no ande nadie con intenciones de matar. Por último, se despide deseándome buenas noches y se dirige a su cuarto. Cuando voy a darme la vuelta para ir al mío escucho sonar mi celular. Lo tengo en el bolsillo del pantalón. Lo tomo y veo que es una llamada de un número desconocido.

SobreviviendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora