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Julio 2018.

Preparatoria
NO.3 de
Sugisawa
Sendai, Miyagi.
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LA SUAVE BRIZA DEL ANOCHECER junto con el sonido de los grillos se manifestó. Un chico de cabellos azulados se encontraba de cuclillas enfrente de una caseta. Con su notorio mal humor parecia hablar con alguien en llamada.

- ¿En serio mantienen el objeto maldito en esta caseta de herramientas? Que idiotas la verdad. - Dijo el joven.

- "Pero es más fácil de recuperar, ¿No crees? JAJAJA." - Soltó sin más la voz del otro lado del teléfono.

- No está... -

- "¿Qué?" -

- No hay nada en la caseta. - Volvió a repetir.

- "¿En serio? Que risa JAJAJA."-

- Te voy a golpear.-

- "Que lastima, con eso no recuperarás nada. Hasta que no lo obtengas no podras venir." -
Lo último que dijo fue aquello para al segundo cortar la llamada.

- Mierda... en serio lo voy a golpear. -
Chasqueo la lengua y se levantó de su lugar.

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- ¡Corre, corre! -
Alentó por décima vez un muchacho.

Por otro lado, la persona que al parecer era alentada era una chica de cabellos rojizos atados en una coleta alta. Está corría en círculos sobre aquella pequeña plaza donde se encontraban ambos jóvenes.
La velocidad que manejaba dejaba de los pelos al chico de ojos verdes que sonreía con emocion y admiración ante su gran físico y entrenamiento.
La chica logró correr toda la plaza en tan solo un minuto y 5 segundos, claramente nuevo récord.

- ¡Bien, Yuzumi! ¡Esta vez son 1 minuto y 5 segundos. -
Sonrió mientras mostraba el cronómetro.

- Ahh... genial. Ya es tarde deberíamos comprar o ir a comer algo, ¿te parece? -
Menciono mientras se acomodaba el cabello y estiraba sus piernas.

- Me parece perfecto. -

La pelirroja agarro su bolso y se encaminó hacia el primer lugar que pudiesen encontrar para cenar. Imaginar que por esto mismo se meterían en algo que no les incumbia.
Animadamente caminaron mientras él de cabellos violetas contaba de cómo le había ido en su misión, de las cosas que vio y el trato con la gente de aquella pequeña ciudad donde lo habían mandando.

- También probe dulces raros, no eran de aquí, pero picaban muchísimo. -
Un escalofrío recorrió su columna por los recuerdos de aquel ardor caliente en su lengua.

- ¿En serio? Me alegra que la hayas pasado y que te haya ido bien, Ryusei. A mi no me han dejado misiones, tengo que esperar a que Gojo sensei me llame. -

- Bueno quizás este muy ocupado con Megumi, hoy al llegar los vi charlando y Megumi salio apurado de la escuela. -

- Puede ser, pero es aburrido no hacer nada, solo entrenó y además sola. -
Bufó desanimada recordando como Inumaki le había negado la invitación para entrenar juntos.

He iba a hablar nuevamente pero como si hubiera visto a un fantasma la pelirroja se quedó congelada, mirando hacia un punto fijo dejando caer su bolso, lo cual preocupo a Ryusei. Este la llama y agitaba levemente para que reaccionara pero no había señales de que la joven estuviera viva pues ni si quiera se sentia su respiración y estaba más palida de lo normal, ésto lo estaba dejando desesperado apunto de llamar a una ambulancia o algún cercano a ellos para ayudar a Yuzumi. Pero no llego a nada, pues ella lo agarro fuertemente de su brazo derecho y dirigió su mirada había él, quien quedó congelado ante esa fría pero preocupada mirada de sus ojos que parecían diamantes.

Cursed secret. || JJK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora