Love-aedism (Diakko)

1

En algún lugar de la rivera de Jordania... 

- Ouch! - una chica de cabello largo castaño se tropieza en medio del pedregal causándose daño tanto por abajo cómo por encima ya que todos sus objetos personales salen de su pequeño costal de la espalda y le caen a la cabeza. Otra chica, de mirada indiferente sólo la ve de reojo y pasa de largo. 

- ¡ESPÉRAME! - la que cayó se levanta, agarra todas sus cosas cómo puede y procede a volver a correr siguiendo a la otra.- Ni siquiera me dijiste tu nombre y yo sí te dije el mío, pero creo que no se escuchó, ¿verdad? Yo soy Atsuko Kagari, pero me puedes decir Akko! - jadeaba por el esfuerzo guardando todo de nuevo en el costal pero se le notaba muy llena de ánimos. 

- Sucy, soy Sucy Manvabaran - rechinó los dientes su interlocutora, no se podía creer que tenía que quedarse detrás de toda la peregrinación atrapada con una estúpida cómo la castaña, sólo quería llegar a la ceremonia bautismal y descansar. 

- ¡Oh, hola de nuevo entonces Sucy, seamos amigas! - una vez que le logra seguir el paso, dejan que el tiempo transcurra hasta que tienen que tomar obligadamente una parada porque de alguna forma se habían perdido. 

- Puta madre, esto era lo que faltaba. - Sucy parecía irritada pero, tan pronto abrió su mochila y empezó a masticar algunos hongos, se estaba relajando sobre manera mientras Akko hacía puchero. 

- ¡Vamos a llegar tarde a la ceremonia bautismal, y era mi primer día! - se estaba desesperando y se pasaba desesperadamente las manos por la cabeza tratando de pensar en una solución rápida pero era inútil, quedaron atoradas en una región demasiado oscura del bosque.- Uwha! - tiene una idea, opta por sacar un pequeño encendedor con un conejo estampado en el mango para hacer una antorcha improvisada, cosa que logra después de tres intentos fallidos y el quemarse ligeramente un dedo.- ¡Esto bastará,vamos, Sucy! - sin esperar respuesta agarraba a la de pelo morado para jalarla a todas direcciones del bosque, una movida muy estúpida realmente. 

- Hola, hola hola! Hey, estamos aquiiiiii! - trataba de llamar la atención de alguien, quién fuera, sin éxito alguno, incluso ya estaba rindiendo y Sucy sólo estaba ahora indiferente mientras seguía comiendo los hongos. Entonces... pueden sentirse pasos a la distancia aproximándose hacia su dirección.

- Ah! Mierda... son mandeas, Barbara. - escuchan la voz de una chica, con un tono de fastidio y hasta de asco. Pero no es la única. 

- Ugh, no puedo creer que tengo que ver otra de esas aquí, Hannah, ojalá se perdieran... - las figuras se revelan cómo dos chicas usando hábitos religiosos, una es de cabello castaño claro y la otra tiene el pelo azabache, ambas están al borde de un montículo iluminado por el sol. 

- Hagas lo que hagas Akko, no les- 

- ¡HOLAAAA! ¿NOS PUEDEN AYUDAR A SALIR DE AQUÍ? 

- ...respondas... - Manbavaran decide sencillamente meterse en su propio mundo y dejar a Akko a su suerte durante la conversación. 

- ¿Noostras? ¿Ayudar a mandeas? - las dos monjas estallan de risa frente a la ingenuidad de la chica, que inmediatamente empieza a cambiar su expresión de confusión por una de fastidio.- Nosotras no tenemos porque ayudar a herejes cómo ustedes, piérdanse! 

Esto sólo hizo enojar más a Akko, que estaba ya buscando correr en dirección a ellas para golpearlas pero es tacleada por otra chica y ambas caen, la antorcha improvisada se apaga al caer sobre rocas, para aumentar más las risas de Hannah y Barbara. 

- Ouch... - la ahora recién llegada se lamentaba por la caída, sus lentes se habían caído y no podía ahora ver absolutamente nada, Akko, por inercia, mueve su mano para encontrarlos a un lado suyo y ayudarla a levantarse. 

- Muchas gracias, la peregrinación me dejó atrás de un momento para el otro... no quiero llegar tarde a la ceremonia del bautis- ¿Chicas? ¿También ustedes? Ufff, no soy la única entonces, me llamo Charlotte Yanson, pero todos me dicen Lotte 

- Genial, Lotte! Yo soy Atsuko Kagari aunque me gusta que me digan Akko y ella de acá - jalando con un brazo a la tercera chica para presentarla- se llama Sucy Manbavaran

- No me toques. - responde Sucy aunque no pone ninguna resistencia. 

- Ugh, malditas mandeas... - dicen las dos religiosas que estaban encima pero luego son interrumpidas por una tercera voz. 

- Hannah. Barbara. Suficiente con las dos, ¿pueden olvidar sus diferencias un rato y ayudar al prójimo si es de otra religión igual? - una tercera monja hace acto de presencia, pero ella era más seria y reservada que las otras dos, haciendo que se asustaran por el regaño. 

- Oh, Diana! Nosotras sólo- 

- No pongan nunca peros en ayudar a alguien, ya hablaremos de esto luego. - después, pasándose la mano por debajo del gorro del hábito, revela su cabello verdoso claro, dirigiéndose al grupo de Akko.- Lo siento por lo que pasó, no pude evitar que eso sucediera... ¿se perdieron? Vengan conmigo, las dejaré en un atajo cercano a su destino... 

Cómo si aún no se lo creyeran, las otras tres asienten, escalando luego el montículo hasta donde estaban las demás chicas y siguiendo a la que recién aparece, que ahora sabían que se llama Diana. Toman un pequeño tramo lejos del bosque hasta que llegan de nuevo a esa parte desértica de la rivera, justo cuando la peregrinación se asienta en una gran construcción listos apenas para empezar con el gran bautismo cercano al río. 

- Supongo que aquí es... de nuevo, disculpen las molestias que mis compañeras les causaron... pero- por favor, nadie debe saber que ustedes hablaron conmigo ni que yo las ayudé, realmente espero no volver a estar en una situación así - Diana luego suspira, en pos a retirarse con sus amigas inmediatamente. 

- Ooooh, ya la recuerdo! - Lotte toma la palabra- Ella es Diana Cavendish, se hizo religiosa hace algún tiempo pero sólo eso es lo que recuerdo, la he visto antes un par de veces pero jamás hablamos, siento que la orden donde está metida le ha enseñado que no debe tener relación alguna con los de la nuestra...

- Al menos es más tolerable que las otras dos idiotas - Sucy sólo se marcha directo a la ceremonia, pero Akko se quedó ahí sin más, para la preocupación de Lotte, mirando a Diana alejarse cada vez.

- ...¿Akko? ¿Estás bien? ¿...Necesitas algo?

- ...Lotte, creo que me acabo de enamorar de ella.