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Aclarando sentimientos

•★•

Desde que se despertó Messi comenzó a comportarse raro, o más bien distante con todo el mundo, estaba demasiado distraído y hablaba muy poco con sus compañeros, era limitada su interacción y solo lo hacia para darle indicaciones a su equipo o para anunciar su retirada de los entrenamientos.

Tenía tantas dudas que sabía que se tardaría más de un día en resolver pero su problema e interés primordial era el mundial, aunque ya no lo veía así, simplemente no podía.

Caminaba tranquilo por el hotel aún pensando en sus comportamientos extraños que había tenido hace ya tiempo, eso de sentir celos por memo no era lo suyo y admitía abiertamente que si lo encontraba atractivo pero... La verdad ahora no tenía un pero.

— Lío - la voz de Javier lo saco de sus pensamientos , este se acercó a paso rápido al astro argentino que estaba tan ido - ¿De cuál te fumaste?

— ¿Necesitas algo? - cuestino ignorando su pregunta.

— a si, el memo te quiere ver - Messi levanto su vista buscando algún indicio de broma, pero está vez estaba un poco serio - A las 8:00 en su cuarto.

Dicho eso se retiro, Messi parpadeo un poco y se puso nervioso derrepente, no sabía cómo sentirse al respecto.

— está noche - murmuró para el.

Siguió con su camino realmente nervioso esa noche, ¿Se veía bien?, ¿como quería que fuera¿, ¿Para que lo quería?, luego freno sus pasos apresurados y se quedó parado en ese pasillo vacio, ¿Realmente le importaba como memo lo veia?

La respuesta la sabía había estado toda la mañana aceptando que si, que memo le parecía guapo, que memo era encantador, que memo podía hacerle sentir celos y que memo le... gustaba.

Rebuscó en su mente algún pero, nunca llegó, Antonella y el había dejado un tiempo su relación ya no solo era el echo de que Messi no quisiera tener hijo, las cosas comenzaban a escalar, no tenían tiempo el uno para el otro y la comodidad que antes tenía en su hogar ya no estaba.

Ya no se sentían agusto, pero con memo era lo contrario, es cierto que era un hombre pero y que, no le hacía el feo y más de una ocasión le pareció atractivo algún hombre, memo no fue la excepción.

Además desde que lo conoció había algo, una espinita, una vocecita en su cabeza que lo reclamaba como suyo, que le gritaba que Guillermo era suyo, que le exigía tener a Guillermo con el.

Se puso en marcha a su habitación, la cabeza le explotaba de tan solo imaginarse el hipotético caso de que pasaría con el cuando llegue el momento de la cita.

•••

Lionel miraba el techo aburrido pero intrigado aun, pensando en Guillermo a quien no se había podido sacar de su mente desde que se fue a dormir.

Miro la hora 7:45, era hora de irse, solo tenía que bajar un piso.

Tomo la tarjeta electrónica que descansaba en su buró para abrir su puerta al regresar y camino hacia afuera, que le deparaba esa sorpresa.

Bajo las escaleras y al final del pasillo vio esa puerta, dudo un poco pero aún así se encamino hacia allá mientras se le hizo un nudo en el estómago, miles de emociones se amontonaron en su garganta, queriendo salir, tocó la puerta temeroso.

Se veía bien, a sus ojos no, se puso ropa un poco elegante, nada exagerado, pero si lo suficientemente elegante para cualquier ocasión.

Balanceo su cuerpo de adelante hacia atrás nervioso a la espera de que la puerta se abierta que no tardó en ser así, un muy agitado Guillermo abrió la puerta y al verlo se puso rojo.

— Hola gui–

El mexicano le cerró la puerta en la cara, escucho ruido dentro del cuarto, estaba algo preocupado de que podía pasar cuando la puerta volvió a abrirse.

— Pasa Lio - Lionel se adentro en el cuarto viendo lo impecable — lamento mucho cerrarte pero tuve pequeñas complicaciones.

— ¿Complicaciones? - cuestino tomando asiento en el sofá.

— si...

Memo recordó el desastre que había echo por intentar hacerse una pequeña coleta en sus rizos, que salió realmente mal pues se le enredo la liga, además tirar toda su ropa para elegir cuál era la indicada.

— ¿Quieres algo? - cuestino el mexicano con una sonrisa, Lionel nego.

Ambos tenían sentimientos encontrados, era la primera vez que estaban totalmente solos, no había nadie en aquel lugar, memo se acercó hasta el y se sentó a su lado bajando el volumen del televisor.

— ¿Para que querías que viniera? - cuestino el argentino realmente curioso aún más porque el equipo del de rulos no estaba.

— Bueno, ¿quería pasar el rato contigo? - memo se moría de vergüenza, Lionel sentía que su corazón se saldría de su pecho

— Guille, Tengo que decirte algo - memo lo miro expectante - yo... yo...

— mierda, soy tan gil que no puedo ni decirte esto - memo se preocupo un poco - pienso separarme de Anto.

Las emociones negativas de memo despegaron hacia la luna, su corazón y cerebro hacían fiesta por la información eso quería decir que tenía una oportunidad, una chance con el argentino muy mínima pero la había.

— ¿Porque Lio?

— me gusta alguien más...

Memo juro que su corazón se quebró y esa horrible sensación regreso a el.

Memo juro que su corazón se quebró y esa horrible sensación regreso a el

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•Siguiente Capitulo: ¿La cita perfecta?

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Mi Boca Convertida En Un JardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora