Día 10- Jugo

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  Las mañanas en la familia Kinomoto solían ser bastante tranquilas. Fujitaka estaba acostumbrado a levantarse antes que su esposa para preparar el desayuno. Touya, con tan solo 6 años, solía ser un pequeño bastante tranquilo. Cuando se levantaba, el pequeño solía ir a buscar a su madre y acurrucarse junto a ella aunque otras veces, bajaba a ayudarle a su padre con el desayuno. Realmente todos habían entrado en una tranquila rutina que les ayudaba a empezar el día de manera tranquila. 

Sin embargo, esa mañana de septiembre cuando Fujitaka abrió los ojos se encontró con el lugar de su esposa vacío. Sorprendido, se levantó y escuchó atentamente los sonidos del hogar. Podía escuchar un leve ajetreo en la cocina lo que lo hizo sonreír. Después de todo, Nadeshiko amaba el verano seguramente había despertado con mucha energía. 

Fujitaka bajó silenciosamente y trato de contener una sonrisa al ver a su esposa moviéndose de un lado a otro en la cocina, tenía el ceño levemente fruncido reflejando lo concentrada que estaba, decidió que toser suavemente sería lo mejor para llamar su atención. Nadeshiko levantó la mirada y le dió una gran sonrisa.

—Por favor dime qué no te desperté —murmuró mientras extendía sus brazos para su esposo.

Fujitaka negó mientras la rodeaba con sus brazos y le daba suaves besos en la mejilla y la frente. La suave risa de su esposa era de sus sonidos favoritos.

—En lo absoluto, me desperté para preparar el desayuno pero veo que ya te me has adelantado —comentó mientras miraba las frutas y extractor de jugos frente a él. 

—El otro día escuchaba que los jugos son muy nutritivos. Touya ha estado creciendo mucho últimamente siento que las vitaminas extra le servirán y además…

La pausa hizo que Fujitaka mirara intrigado a su esposa. La mujer tenía sus mejillas sonrojadas y su mirada estaba brillante. Le tomó un momento recordar cuándo fue la última vez que ella lo miró de esa manera, sintiendo que su corazón daba un vuelco, no pudo evitar sonreír.

—Papá, ¿Estás bien? 

La voz preocupada de Sakura lo había sacado de sus pensamientos. Asustado, Fujitaka miró frente a él y se dió cuenta de que el desayuno estaba a segundos de quemarse.

—Hija, si, lo siento es que…no sé qué me pasó…

Sakura ladeó su cabeza confundida, habían empezado la mañana hablando de jugos y poco después su padre se había perdido en sus recuerdos. Sakura no quería interrumpirlo ya que su semblante se veía feliz pero tuvo que hacerlo.

—¿Estás seguro? 

—Si, sólo me perdí en el pasado un momento. Llama a tu hermano, es hora de desayunar. 

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ABClamp: Fictober 2023 editionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora