Qué Cojones Pasa Aquí

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Una muchacha, perdida, decide llamar a la puerta de la única casa que ve a su alrededor, casi pareciera estar alejada de toda civilización. La joven se paró frente a una  gran casa de dos pisos con un jardín todavía más grande, lleno de vegetación. Se acercó a la puerta de madera oscura que adornaba la gran entrada principal y llamó golpeando: uno, dos, tres. Nada. Otra vez: uno, dos, tres.

—Abre tú. —Se escuchó desde dentro de la casa.

—¡No! Abre tú. —Habló entonces una voz más infantil.

—¡¿Yo por qué?! —se quejó la primera voz, proveniente de una mujer

—Porque tú eres la profe, profe. —Argumentó el pequeño. La joven esperó frente a la puerta mientras, dentro de la casa, continuaba la discusión.

—Pero es tu casa.

—¡Está bien! Ya abro yo.

Ella se aleja unos pasos de la puerta mientras espera a que la abran. Escucha unos pequeños pasos acercarse a la gran entrada, esperó con paciencia, pero no esperaba ser golpeada por un bebé en cuanto la puerta se abrió.

—¡Para, para! —se quejó la chica mientras escapaba de algo enano que la golpeaba.

—¿Qué es, bebé? —Una mujer adulta salió de la casa, fue entonces cuando Wendy se dio cuenta de que "la cosa enana" era, literalmente, un bebé.

—Una chica. —el tono del niño sonaba sorprendido y también con algo de admiración—. ¿Qué haces aquí? Yo soy el bebé y ella es la profe Laura. No hay muchas visitas por aquí.

—Ya... Puedo entender el porqué. —Mira un poco a su alrededor, no era una casa descuidada pero sí algo alejada del resto, (por no contar que el recibimiento no fue el más agradable del mundo)—. ¿Por qué el bebé tiene una pala?

—Porque íbamos a cavar la tierra del armario para entrar al sótano. —respondió el pequeño.

—...¿Cómo?

—¡Sí! ¿Quieres venir?

—La verdad es que no...

—¡Pero te juro que es verdad! —replicó el niño. La profesora carraspeó y llamó la atención de ambos.

—Bebé, ven un momento. Tenemos que hablar sobre una cosa.

—¿Por qué? Yo no quiero hablar. ¿Puede venir mi amiga?

—No. 

—Pero...

—¡Camina, niño! —La mujer golpeó al niño para que este obedeciera.

—¡Ey! ¡No le pegues al niño! —dijo la joven.

—Ella es mala conmigo, me golpea mucho y me insulta. —dijo el bebé con un tono claramente victimista. La profesora salió en su defensa propia.

Finalmente la mujer logró convencer al niño de hablar a solas, —no sin antes permitirle a Wendy la entrada a la casa—, y ambos fueron a la cocina. La joven muchacha esperó en el salón mientras echaba una ojeada a su alrededor y escuchaba la conversación que aquellos dos estaban teniendo. Wendy no solía ser muy partidaria de escuchar conversaciones ajenas, más que nada porque solía pasarse la vida de aquí para allí, pero supo al instante que estaban hablando de ella.

La mujer decía no fiarse, pues declaraba que era "muy extraño" que justo apareciera por allí después de haber encontrado y leído aquellas cartas. El niño le dio la razón en ese sentido a la profesora mientras Wendy se preguntaba que a qué cartas se estaban refiriendo. Al final, el niño logró convencer a la profesora de que dejara que Wendy se uniera a ellos bajo la  premisa de: "Si no dejas que se quede, le diré a mi papá que te despida y te irás a la calle".

Wendy En Who's Your Daddy {WitheZunder}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora