¿Tree?

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-¿Habéis escuchado eso?

-Abran la puerta. -se escuchó la voz de un hombre-. Abran la puerta. -repitió.

-¿Pe-pero quién es? -preguntó el bebé mientras se encabezaba en el camino de vuelta al piso inferior de la casa.

-Abran la puerta. -se escuchó de nuevo sin dar más explicaciones.

-¿Has marcado el número? -le preguntaron a la profesora, quien negó haberlo hecho.

El trío salió de las cañerías de la casa, esta vez sin prestarle demasiada atención al hecho de que Wendy continuaba completamente limpia y seca. Llaman de nuevo a la puerta: uno, dos, tres y cuatro.

-Abran la puerta. -se escuchó de nuevo.

-¡Abrid la puerta! -sonó entonces una voz más seria y fuerte.

-Calma, calma. -ordenó la mujer mujer mientras se acercaba a la entrada principal-. ¿Quiénes sois?

-Abrid la puerta, o la tiramos abajo.

-¡Pero bueno!

-¿Pero cómo que "la tiramos"?

-¡Somos de Tree, abrid la puerta!

-Por el prado, el prado está abierto, ¡no rompáis la puerta! -Todos se alejaron en cuanto la puerta cedió ante la fuerza de los dos hombres.

Un par de sujetos uniformados entraron a la vivienda, ambos llevaban una especie de traje gris con lo que parecía ser una máscara de gas. El mayor distintivo entre ambos era el color de las lentes de las máscaras, siendo el de una rojo y el de la otra azul. Tan pronto como irrumpieron en la estancia el niño preguntó sus identidades.

-Hola, -dijo uno de ellos como si no acabaran de tirar abajo una puerta-, somos de Tree.

-¿Qué ha pasado aquí? Hemos recibido una llamada diciendo que investigásemos. -añadió el compañero.

-¿No era que no habías llamado? -preguntó Wendy en bajo, mientras se alejaba un poco de aquellos hombres.

-No lo hice... -respondió la mujer en bajo, llamando la atención de los trabajadores de Tree, quienes se enfadaron ante tanto secretismo.

-¿Qué decís vosotras dos?

-Nada. -respondió la profesora con cierta urgencia por desviar la atención de ella, Wendy, por su parte, solo miró fijamente y en completo silencio a los dos hombres, quienes parecieron devolverle la mirada.

La atención de uno de los hombres se dirigió al bebé. Se acercó al niño de forma intimidante y pareció replicarle algo, pero ninguno de los tres entendió lo que decía. La mujer golpeó al hombre tan pronto como le vio las intenciones de hacerle daño al más pequeño, por lo que saltó en su defensa mientras Wendy cargaba al niño y le alejaba de los dos.

-¡No lo toques, desgraciado! -gritó la profesora mientras golpeaba al hombre. El compañero se interpuso entre ambos mientras Wendy continuaba sosteniendo al crío en sus brazos.

-Calma, calma. Con paz y amor. Relájese señora, -dijo el trabajador de Tree tratando de calmar el ambiente-, venimos a aquí a investigar.

-Usted, señora. Hágame un sandwitch.

-¡¿Qué?! ¡Machista!

-¡Oye, oye! -intervino el niño, Wendy decidió mantenerse al margen de la situación todo lo que pudo-. Tranquilidad, por favor, ¡esto es serio!

-Nos han informado de una anomalía y venimos a investigar.

-Sí, ha ocurrido algo extraño en la casa. Mi profe vino a cuidarme porque mi papá quería que me educase para comportarme bien y hemos encontrado unos libros y hojas de papel con sangre. ¡Enséñeselos, profe!

-Vale. Enséñeselos a mi compañero. -dijo el trabajador cuyos lentes de la máscara eran azules. La profesora le dio todas las anotaciones que habían encontrado con anterioridad-. Échale un ojo, Mike.

El trabajador llamado Mike comenzó a leer las notas mientras su compañero atendía al niño, quien ya había sido dejado en el suelo por Wendy después de que él mismo se lo pidiera. El pequeño comenzó a explicarle lo sucedido con más detalle, mostrando el miedo e incertidumbre que sentía ante toda la situación.

-Si quieres, puedo hacer una ronda de reconocimiento, ¿vale?

-Sí, por favor. -respondió el niño-. Y no rompa nada, por favor.

-No se preocupe.

-¡Eso! ¡Y no robe nada! -gritó la mujer, ganándose un codazo por parte de Wendy mientras le decía que se mantuviera callada.

-No se preocupe, señorita, yo soy muy profesional. -Aunque el hombre no parecía decirlo a broma, tanto Wendy como la profesora se miraron, claramente dudando de lo que él consideraba como "ser profesional"-. Comienzo la ronda de reconocimiento por el piso de arriba, Mike.

-Está bien, Jeff. -dijo Mike mientras continuaba leyendo las anotaciones. Jeff subió al piso superior.

Pocos segundo más tarde, Jeff volvió a bajar las escaleras con una pistola en la mano, alegando haber encontrado un "objeto sospechoso" en el cuarto de los padres. Mike agarró la pistola, un revólver calibre 45.

-¿Pero esto dispara? -preguntó entonces Mike mientras sostenía el arma en sus manos.

-Escúchame, pequeño, yo creo que estos son gilipollas. -comentó la profesora en bajo.

-Completamente. -añadió Wendy.

-Puede ser que sean un poco imbéciles, porque esto no tiene ningún sentido. -comentó entonces el niño.

Wendy, la profesora y el bebé siguieron a Mike y Jeff desde cerca mientras ellos investigaban la casa y sus al rededores.

-¡Mike, aquí hay algo!

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⏰ Última actualización: May 09 ⏰

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Wendy En Who's Your Daddy {WitheZunder}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora