Capítulo 6: El amor está en el aire

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La fina lluvia que empezó a caer dio paso a una tormenta que se desató a los pocos minutos. Y eso no fue lo único...

Ajeno al agua que caía con fuerza desde el cielo calándolos hasta los huesos, dos cuerpos se fundían en un profundo beso sin separar los labios en ningún momento mientras que las manos se perdían debajo de las ropas ajenas, tocando sitios que no debían, haciendo que en el aire además de los truenos resonara gemidos y suspiros.

Con su hermano bajo su cuerpo, Tom no dejaba de besarle con una pasión desatada, sacando las manos de debajo de su camiseta para apartarle el húmedo cabello que le impedía ver su dulce rostro, sonrosado por la pasión del momento.

Sonrió contra sus labios al verle tan hermoso, con la cara mojado por la lluvia y alguna que otra lágrima escapada. No pensaba en nada. Si lo que hacían estaba bien o mal, si tal vez debieran parar, si...

— ¡Lucian...!—gimió Bill contra sus labios.

Ese nombre hizo que el beso fuera interrumpido bruscamente. Apoyando las manos en el húmedo césped, Tom se incorporó y separó sus labios de los de Bill.

— ¿Qué me has llamado?—preguntó confuso.

—Lucian...—repitió Bill en un suspiro.

Se levantó lo más deprisa que pudo, quedándose de pie sin dejar de mirar fijamente a su hermano, quien sonreía y jadeaba con los ojos fuertemente cerrados.

— ¿Por qué has parado, Lucian?—logró preguntar Bill entre jadeos.

—Para ya la broma, esto es serio—pidió Tom con firmeza.

No soportaba que se rieran en su cara, y más su propio hermano burlándose de sus sentimientos. Le había abierto el corazón, confesándole su profundo amor, y Bill continuaba con esa broma pesada.

—No puedo esperar más—siguió diciendo Bill como si no le hubiera escuchado— ¿Por qué me haces esperar?

Vio como sin venir a cuento se cubría la cara con ambas manos y rompía a llorar desconsolado...

¿Esperar? ¿A qué se refería Bill?

Se arrodilló en el suelo y cogiéndole por los hombros con ambas manos sacudió su cuerpo cansado de oír sus lloros y lamentos.

—Para ya este comportamiento—gritó Tom para hacer escuchar por encima de los truenos—Deja de jugar con mis sentimientos.

Consiguió que el llanto cesase y se descubriera la cara, mirándole con una expresión confusa en sus ojos entreabiertos.

— ¿Qué ha pasado?—susurró Bill asustado— ¿Me he desmayado?

— ¿No lo recuerdas?—preguntó Tom más calmado.

Bill negó con la cabeza mientras parpadeaba. Lo último que recordaba era que estaban paseando por el campo al lado de Tom, que le tiró al suelo....o eso creía. Tal vez le vio caer y corrió a cogerle en sus brazos.

Tom le vio negar y no sabía si suspirar aliviado porque no se acordaba que él le había besado. Vio el miedo en sus ojos por no recordar lo sucedido, lo que confirmaba que no estaba de broma como él pensaba.

Comenzó a preocuparse en serio por él. ¿Por qué actuaba de esa manera? ¿Por qué en esos momentos parecía el de siempre y hacía unos segundos otra persona?

Se incorporó sin soltarle y le ayudó a ponerse en pie, sacudiéndole la ropa de tierra y hojas.

—Volvamos a casa—dijo cogiendo con firmeza su mano.

El eco de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora